Los suplementos con ácidos grasos omega-3 atenúan el riesgo de desarrollar esquizofrenia y otros desórdenes psiquiátricos a largo plazo, según un estudio publicado este martes en la revista Nature Communications.
Siete años después de recibir un tratamiento con cápsulas de aceite de pescado durante 12 semanas, un grupo de jóvenes con alto riesgo de padecer esquizofrenia se mostró menos propenso al trastorno que el grupo de control, que fue tratado con placebo.
Científicos de la Universidad de Melbourne constataron que la mayoría de los 41 jóvenes a quienes se administró ácidos poliinsaturados habían dejado de experimentar los síntomas que indican el posible desarrollo de una psicosis.
La esquizofrenia se manifiesta habitualmente durante la adolescencia o los primeros años de la edad adulta, y sus efectos van apareciendo de forma gradual a través de una gran variedad de síntomas clínicos que incluyen ideas delirantes, alucinaciones y problemas cognitivos.
Demostrada eficiencia
En 2010, Paul Lambert, principal autor del estudio, ya había publicado una investigación en la que señalaba que los ácidos grasos poliinsaturados, presentes en alimentos como el pescado azul, podían prevenir el primer episodio de un desorden psicótico en jóvenes de entre 13 y 25 años.
A partir del seguimiento a largo plazo de los pacientes que se sometieron a aquellas pruebas, los científicos han comprobado que los efectos beneficiosos de los suplementos con omega-3 se han mantenido en el tiempo.
Tan solo 4 de los 41 jóvenes de "alto riesgo" que recibieron cápsulas de aceite de pescado desarrollaron una psicosis en un periodo de 6,7 años (el 9,8 por ciento), mientras que 16 de los 40 que recibieron placebo sufrieron nuevos síntomas de la enfermedad (el 40 por ciento).
Si bien el tratamiento temprano de la esquizofrenia está ligado a un desarrollo más benigno de la dolencia, los actuales tratamientos tan solo sirven para "controlarla", no para "curarla", según los autores del estudio.
Para los investigadores, la administración de aceites con omega-3 han demostrado su eficacia para prevenir transtornos psicóticos, aunque admiten que el estudio cuenta con una muestra de pacientes limitada y que deben hacerse pruebas más amplias.