Justicia suiza determinó que se puede ayudar a un enfermo siquiátrico a morir
Según las autoridades es el médico quien garantiza que la intervención respetará las reglas éticas y el momento sicológico por el que atraviese el paciente.
Según las autoridades es el médico quien garantiza que la intervención respetará las reglas éticas y el momento sicológico por el que atraviese el paciente.
El Tribunal Federal de Suiza estableció que un enfermo siquiátrico puede recibir asistencia para morir, aunque no lo admitió como un derecho y pidió la mayor prudencia frente a esos casos, según una sentencia hecha pública este sábado.
El fallo reconoce el derecho fundamental de recibir asistencia para morir siempre y cuando la persona tenga plena capacidad de discernimiento, lo que puede suscitar dudas en el caso de un enfermo siquiátrico.
No obstante, los jueces admiten que una persona puede sufrir una patología siquiátrica y, a la vez, ser capaz de evaluar claramente su propio estado y, como consecuencia, recibir una ayuda para el suicidio.
En esa situación consideran imprescindible mantener una gran vigilancia en torno a ese tipo de pacientes y someterlos a una evaluación siquiátrica.
La sentencia del Tribunal Federal se basa en el caso de un hombre de 53 años que sufre un grave trastorno bipolar y considera que continuar viviendo es "insoportable".
Por esa razón, reclamó a las autoridades del cantón de Zúrich, donde reside, así como a la Oficina Federal de Salud Pública la autorización para adquirir la cantidad necesaria de una sustancia letal, por mediación de la asociación de asistencia al suicidio "Dignitas".
Las autoridades competentes rechazaron su petición, tras lo cual el enfermo se dirigió al Tribunal Federal, que tampoco le dio la razón al considerar que "el derecho de los ciudadanos de disponer libremente de sus vidas no implica una obligación del Estado de poner a su disposición los medios para su suicidio".
Por el contrario, los magistrados recalcan en su sentencia que solicitar la ayuda y obtener la autorización de un médico constituye una medida que concilia "el deber del Estado de proteger la vida de sus ciudadanos y el de respetar su autonomía".
En esa circunstancia, el médico está calificado para garantizar que su eventual intervención respetará las reglas éticas, que no tendrá lugar en un momento de debilidad o desesperanza del paciente y que su voluntad de morir no está influenciada por la patología que sufre.
La asociación "Dignitas" expresó su satisfacción por la decisión de la Justicia helvética de reconocer a los enfermos siquiátricos, bajo ciertas condiciones estrictas, el derecho a una asistencia al suicidio. (EFE)