El procesamiento deficiente de la información auditiva en el cerebro de adolescentes está vinculado con el bajo nivel educativo de la madre, según un estudio de la Universidad Northwestern (UN) en Illinois (EE.UU.).
Los adolescentes con madres de bajo nivel educativo "mostraron una actividad neural más 'ruidosa' que sus compañeros de clase aún cuando no había sonidos", indicó Nina Kraus, profesora de ciencias de neurobiología, fisiología y comunicación en la UN y autora del estudio.
Asimismo, la respuesta neural de estos adolescentes cuando se les hablaba fue errática aún ante el estímulo repetido, y con una fidelidad más baja al sonido que recibían.
"Imagínese el 'ruido' neural como las interferencias en la radio que hacen casi inaudible la voz del locutor", explicó Kraus.
El nivel educativo maternal se tomó como indicador del estatus socioeconómico para este estudio.
A los adolescentes se les dividió en dos grupos dependiendo de que sus madres tuvieran una educación completa de escuela secundaria o menos, o que hubiesen completado algunos estudios postsecundarios.
Los adolescentes cuyas madres tenían bajo nivel educativo mostraron respuestas neurales con más "ruido" cuando se les hablaba, y además su desempeño en las pruebas de lectura y trabajo de memoria fue deficiente.
El estudio tomó como antecedente una investigación de 1995 que mostró que los niños en familias de altos ingresos están expuestos a 30 millones de palabras más que los niños de familias que viven amparados por la asistencia social.
La reducción en la calidad y cantidad de lenguaje aportado, junto con una mayor exposición al sonido no estructurado, como el ruido ambiental, puede afectar la manera en que el cerebro representa la información auditiva.
Los científicos han indicado que los ambientes ruidosos incrementan el "ruido" neural y el nuevo estudio, que se publicó en la revista Journal of Neuroscience este miércoles, encontró que los adolescentes cuyas madres tienen bajo nivel educativo muestran un incremento de la actividad neural en ausencia de sonidos ambientales.
"Los modelos neurales indican que, cuando la información que llega a una neurona es más ruidosa, la tasa de activación se torna más variable lo cual, en última instancia, limita la información sensorial que puede transmitirse", señaló el estudio.
Para este estudio se evaluó la actividad cerebral de adolescentes en las Escuelas Públicas de Chicago, casi todos ellos alumnos de noveno grado, en respuesta al estímulo auditivo y en ausencia del mismo.