Hay que distinguir la altura de la caída y la zona del golpe en los niños para estimar la gravedad.
La observación debe ser constante luego de una caída fuerte.
Las caídas de los menores de tres años en accidentes domésticos son comunes aunque se les vigile constantemente. Puede existir gravedad, pero hay creencias que se deben desmitificar.
El doctor Mauricio Jarufe, ex jefe de urgencias pediátricas del Hospital Sótero del Río, explicó que "la gravedad de los golpes en la cabeza está determinada por la posibilidad de que haya hemorragias dentro del cráneo", que es la duda más frecuente.
Hay que saber distinguir los factores como la altura de la caída o la zona donde se golpeó el menor, que pueden llevar a complicaciones. Entre ellas, pérdida de consciencia, vómitos, dolores, irritabilidad o alteraciones en movimientos.
Entre los mitos está aquel que apunta que no se debe dejar que se duerma el menor ante la caída o no dejar que se levante. "Solo es aplicable cuando se ha producido un golpe de alta energía, en los que se sospecha de daño cervical, lo que es muy poco frecuente en los accidentes domésticos", explicó el pediatra.
De todas formas, el médico indica que "no tendría sentido si el golpe es de baja energía, como los que habitualmente se producen dentro del hogar" recurrir a un servicio de urgencia, solo mantener observado al menor, ya que los síntomas podrían demorar hasta 24 horas en aparecer.
