¿Qué hago con el hipo?
BBC Mundo recogió algunas sugerencias sobre cómo deshacerse de esos ruidos irritantes e involuntarios.
BBC Mundo recogió algunas sugerencias sobre cómo deshacerse de esos ruidos irritantes e involuntarios.
El hipo puede ser extremadamente molesto.
Empieza de una manera bastante innocua, cuando el músculo bajo tus pulmones de repente se tensa y te fuerza a inspirar bruscamente.
Eso hace que las dos aperturas entre las cuerdas vocales se cierren repentinamente y de ahí sale el sonido del hipo.
Hay muchos detonantes potenciales, desde comer demasiado rápido hasta un cambio súbito de temperatura.
El hipo en sí mismo no es peligroso, pero puede ser un efecto secundario de una medicación o el síntoma de una afección médica subyacente, como el asma.
La BBC recogió algunas sugerencias sobre cómo deshacerse de esos ruidos irritantes e involuntarios.
Hay tres tipos principales de curas indicadas para el hipo:
Existe la teoría de que la causa del hipo es una baja de dióxido de carbono en tu sangre.
Eso se puede solucionar con ejercicios de respiración, como aguantando o sencillamente bajando el ritmo de la respiración. Hay gente que usa una bolsa de papel para hacer esto último.
El diafragma es el músculo que está debajo de tus pulmones, donde empieza el hipo. Hay quienes dicen que se puede curar si se ejercita.
Para ello, puedes llevar tus rodillas hasta tu pecho y mantenerlas ahí por un par de minutos. O puedes agacharte hacia adelante, tratando de tocar los dedos de tus pies, comprimiendo tu pecho, para aliviar el espasmo. Alternativamente, puedes respirar profundamente varias veces e intentar alcanzar el espacio debajo de tus costillas para darle a tu diafragma un pequeño masaje.
Otra corriente de pensamiento sugiere hacer algo que distraiga al cerebro.
Por ejemplo, puedes poner un poco de azúcar en la parte trasera de tu lengua y esperar a que se disuelva antes de tragártela. O chupar un pedazo de limón.
También está el clásico: pegarte un susto.
Finalmente...
Quizás no lo sabías, pero el hipo es más común de lo que se piensa.
A los bebés les da hipo, pero algunos de nosotros empezamos a tenerlo incluso antes de nacer.
Además, no somos los únicos mamíferos que los experimentamos.
De hecho, una teoría dice que a los mamíferos les da hipo pues necesitan una manera de expulsar el aire del estómago cuando están siendo amamantados.
Y, como curiosidad, te dejamos con el caso del estadounidense Charles Osborne quien tuvo un ataque de hipo que le duró 68 años, desde 1922 hasta 1990.
Más recientemente, en Lincolnshire, Inglaterra, tomó tres años curarle el hipo a un hombre llamado Chris Sands.