Una serie de investigadores a nivel mundial buscan proponer los tests de saliva como un complemento a exámenes más invasivos para detectar diferentes patologías.
La ventaja es que esta sustancia contiene gran parte de las mismas células y moléculas que, por ejemplo, pueden encontrarse en la sangre, aunque en menores concentraciones, según publicó El Mercurio.
Hasta ahora, el Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt de EEUU y las universidades brasileñas de Sao Paulo y Campinas han implementado estos tests para explorar la fisiología detrás de la obesidad en la infancia y la adolescencia.
Flavio Salazar, vicerrector de investigación del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, dijo al matutino que "en general, todos los avances que tiene el diagnóstico con muestras de saliva están asociados a una mayor capacidad de detección que hoy ofrece la tecnología".
Por tanto, "esto permite un mayor poder de resolución para detectar concentraciones muy pequeñas de elementos o factores que dan pistas de la patología o característica que se busca identificar".
En tanto, el infectólogo de la Clínica Las Condes, Juan Pablo Torres, señaló que además del test de paternidad, en su campo se está utilizando para diagnosticar infecciones congénitas: "se toma una muestra de saliva del recién nacido y se hace un estudio molecular para determinar la presencia de algunas infecciones, como citomegalovirus -asociado a la varicela y la mononucleosis".
Complicaciones del método
Sin embargo, el contenido acuoso de la saliva y su mayor contaminación debido a la flora bacteriana de la boca hasta ahora dificulta conseguir un diagnóstico preciso, aunque son obstáculos que ya se están superando.
Asimismo, el doctor Salazar remarca que "la saliva no es equivalente a la sangre, como la sangre tampoco es un reflejo de todo lo que ocurre en el organismo".
En ese sentido, Torres prevé que los tests de saliva "servirán como un primer filtro, para determinar en quiénes sí hacer exámenes más invasivos", es decir, podrían ser una alternativa de diagnóstico para algunas enfermedades, y también complementarían a los exámenes de sangre u orina en otros casos.