La intervención quirúrgica, realizada en Sevilla, duró más de 30 horas.
El paciente, cuya identidad permanece en secreto, ya despertó e incluso ha hecho bromas.
El hombre que fue sometido el pasado miércoles a un trasplante de cara en un hospital de Sevilla (sur de España) evoluciona "satisfactoriamente", dentro del pronóstico de alta gravedad, informó ese centro sanitario.
El director de la Unidad de Gestión Clínica de Cirugía Plástica y Grandes Quemados, Tomás Gómez Cía, señaló en rueda de prensa que los cuidados que está recibiendo el paciente permiten ser "optimistas" para su recuperación, aunque alertó de que se puede dar alguna complicación "lógica" debido a la complejidad de la intervención.
El coordinador de la operación, quien insistió en la necesidad de preservar la intimidad del paciente, destacó que éste despertó de la anestesia "con buen ánimo" e incluso hizo alguna broma sobre fútbol.
El primer trasplante de cara de la Comunidad Autónoma de Andalucía y segundo de España fue realizado el miércoles pasado en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla por un equipo médico de unos 25 especialistas y duró casi treinta horas.
La operación consistió en la extracción e implante de tejido compuesto en territorio facial y la correspondiente reconstrucción de nervios, músculos y glándulas de la zona facial.
Gómez Cía explicó que el equipo de trabajo para la intervención se conformó en octubre de 2008 y fueron necesarios 15 meses para preparar los protocolos de actuación, planificar virtualmente la cirugía, preparar al paciente y entrenar al grupo, hasta lograr llevar a cabo la operación.
La operación
La donación fue posible el pasado martes, cuando se llevaron a cabo las pruebas virtuales de coincidencias de estructuras faciales de donante y receptor, por lo que se inició la extirpación de dos tercios de la parte inferior de la cara, junto con los correspondientes vasos sanguíneos, nervios y músculos del donante.
Paralelamente, el paciente fue sometido a una intervención oftalmológica para ser tratado de la enfermedad que padecía en el rostro y que le había provocado la parálisis de un lateral de la cara.
Los cirujanos llevaron a cabo una "novedosa y pionera" técnica que consiste en unir el tejido extirpado a la misma arteria femoral del donante para mantener el riego sanguíneo de dicho tejido.
Gómez Cía detalló que esta técnica permitió "preservar y garantizar" el riego sanguíneo del tejido y comprobar al instante que "no existía rechazo hiperagudo que pudiera producirse en el momento del implante en el rostro del receptor".
Posteriormente, el equipo procedió a la implantación de los tejidos compuestos donados, que coincidían exactamente con la estructura facial del receptor gracias a la herramienta virtual utilizada y que permitió ajustar el éxito de la intervención
