El estudio determinó los alcances de este fenómeno en nuestro país.
Las mujeres superan a los hombres en cuanto a obsesión por lo laboral.
Las universidades de Bergen, en Noruega, y la de Nottingham Trent, en Inglaterra, crearon la primera escala que determina científicamente si una persona es adicta a su empleo.
Se trata de siete preguntas, que la Universidad Mayor aplicó en Chile a 400 trabajadores de todo el país, entre 25 y 65 años. Un 26% de los chilenos califica como adicto al trabajo y las mujeres son mayoría. De cada cuatro mujeres adictas al trabajo hay un hombre con adicción.
José Lizana, sicólogo laboral de la U. Andrés Bello, dijo a La Tercera que las mujeres son conscientes de que a las empresas les resulta más barato contratar a hombres "y por eso se esfuerzan y comprometen el doble que sus pares en sus empleos".
Los hombres afectados son profesionales que buscan acceder rápidamente a un buen sueldo y altos cargos para llegar a disfrutar de sus logros antes de la mediana edad. Al principio sacrifican parte de su preciado tiempo libre tratando de estar "siempre disponibles", para terminar quedándose en el trabajo mucho más tiempo del que han previsto originalmente.
Cecilie Schou Andreassen, sicóloga de la U. de Bergen y una de las autoras de la escala de adicción al trabajo, dice que la escala Bergen logra diferenciar quién es trabajólico de quien es adicto.
Los primeros son personas que pasan en sus empleos por muchas horas y son eficientes, pero mantienen el tiempo libre y las relaciones sociales como prioridad. Los adictos, en cambio, tienen conductas que perturban o interfieren seriamente su vida social o familiar. Evitan tomarse vacaciones para no perder tiempo.
