Unos pescadores de las islas Azores descubrieron en la playa una botella con un mensaje que en marzo pasado lanzó al mar un niño de la localidad de Brockport, en el estado de Nueva York, y a más de 3.000 kilómetros de distancia de ese territorio portugués.
"Escribí sobre cuánto me gusta jugar al fútbol y a los videojuegos con mi padre", dijo Curtis Kipple, de diez años, al periódico neoyorquino Democrat and Chronicle, que publicó este lunes su historia.
Kipple no esperaba respuesta cuando lanzó al mar su mensaje el pasado marzo como parte de un proyecto escolar, pero la botella llegó a un padre y su hijo en Terceira, una de las islas de las Azores.
"Mi hermano y mi padre se levantaron temprano y fueron a la playa por mariscos, allí encontraron una botella con un mensaje de Curtis Kipple", escribió Ana Ponte en un correo electrónico que envió a la escuela de Kipple.
El mensaje sorprendió al profesor Chris Albrecht, que ideó el proyecto para sus estudiantes y que afirmó no haber vuelto a pensar en los mensajes después de enviarlos.
"El proyecto superó mis expectativas", dijo el profesor, "fue una buena forma de enseñar a los niños escritura y geografía, pero el hecho de que encontraran las botellas es asombroso".
El mensaje de Kipple no es el primero que se localizó, pero es el que viajó más lejos, ya que la botella de otro estudiante, Adam VerSteeg, apareció en junio pasado en una playa de Nueva Escocia, Canadá.
El maestro, que recibió decenas de cartas y correos electrónicos de profesores de todo Estados Unidos, espera repetir la iniciativa y seguir escribiéndose con la familia que descubrió la botella en Portugal.