La madre de cuatro hijos culpó a las redes sociales y a las celebridades por su adicción a operarse.
Georgina Clarke, una mujer de 41 años, fue duramente criticada en una entrevista televisiva en Inglaterra por dejar que su hija se prostituyera a los 18 años para que sus clientes pagaran las cirugías estéticas de ambas.
En conversación con el canal ITV, la madre de cuatro hijos reconoció que es "adicta" a cambiar su apariencia y que no está contenta con cómo se ve.
Su hija Kayla, ahora de 23 años, trabajó como stripper y tenía sexo con sus clientes, además de tener un "sugar daddy", un hombre de más de 50 años que financió las cirugías familiares.
La madre admitió haber alentado a Kayla a ese trabajo y dijo sentirse como "basura" por ello.
El programa, que exponía los riesgos de las cirugías plásticas, mostró que Kayla ahora se arrepiente de su apariencia, la que calificó como "ridícula".
La joven reveló que planeaba operarse los senos desde que tenía 11 años y con ayuda de su madre planificó todo para la operación durante su adolescencia.
Hace unos seis años, Kayla y su madre se convencieron de adquirir implantes mamarios e inyectarse los labios.
La madre e hija culparon a la presión de las redes sociales y a las celebridades, como las Kardashian, por hacerlas querer más y más cirugías: "Hay mucha presión para las jóvenes hoy en día, con la cosa de Instagram y de las selfies", dijeron.
Ahora ambas aspiran por un look más natural.
