Rogerio Machado, director de desarrollo y marketing de la compañía conversó con Cooperativa.
A pesar de que funciona hace algunos meses en el país, aún no está disponible en su versión completa.
La historia de Napster es tomada de manera positiva, según el directivo.
A fines del milenio pasado irrumpió en Internet un revolucionario servicio que, bajo el sistema de peer to peer, permitía a los usuarios compartir sus bibliotecas musicales con todo el mundo. Napster era el nombre de la compañía que cambió para siempre la industria de la música digital y que ahora vuelve con una renovada experiencia.
Se trata de un servicio de streaming de música digital, muy similar a lo que ofrece Spotify, que nació cuando la compañía Rhapsody adquirió Napster. En Chile, esta plataforma ya se encuentra disponible, aunque no en su modo completo.
"Queremos hacer algo que verdaderamente toque a la gente", explicó a Cooperativa Rogerio Machado, director de desarrollo y marketing de Napster para Latinoamérica, acerca de la tardanza en su arribo a Chile.
Una de las grandes novedades que trae Napster es el trabajo con especialistas locales, quienes generarán el contenido de la plataforma con los intereses culturales y sociales de cada país. "Comprender lo que escucha la gente en esta región nos parece fundamental para que tengamos un gran servicio. Es un trabajo de curaduría local, que creemos será un gran diferenciador", aseguró.
"No es que un especialista sea mejor o peor que un usuario, pero vas a tener en tu favor una persona que está estudiando un estilo o a un artista, que tiene un conocimiento más general y profundo y te puede aproximar cosas que no sabías", dijo.
Un pasado cargado de historia
Napster apareció por primera vez en 1999, aunque alcanzó su punto máximo de popularidad un par de años más tardes. El hecho de poder compartir música con usuarios de todo el planeta, significó un fuerte remezón para la industria discográfica.
Las filtraciones de canciones antes de su salida oficial pusieron a este servicio en una fuerte enemistad con los artistas y los sellos. De hecho, el baterista de Metallica Lars Ulrich demandó a la empresa por violación a los derechos de autor. La compañía tuvo que pagar alrededor de US$35 millones a diversas entidades que la habían demandado.
Tras esta caída, Napster tuvo que pasar a un servicio de suscripción, lo que disminuyó enormemente su popularidad. Sin embargo, en este regreso la historia está pesando a su favor: "Siempre apareció como algo positivo, porque a la gente le produce nostalgia. En este último tiempo nos han llegado muchos mensajes pidiendo merchandising de la marca", afirmó Machado.
Ventajas
"Conversando con las discográficas, nos dicen que el servicio de streaming como el pre estreno de una película. Es decir, que te puedes adelantar al éxito de un producto, lo que es totalmente positivo", dijo Machado.
Precisamente, esa es una de las ventajas de la industria del streaming. El poder visualizar lo que probablemente pase en el futuro, basándose en datos que entrega lo digital, abre un nuevo mundo para los artistas y los sellos.
"Ahora puedes estrenar un disco de manera exclusiva por un sistema de streaming y luego lanzas el formato físico con algún detalle extra. Porque en ningún caso nuestro objetivo es terminar con lo físico. Eso no va a pasar", aclaró el directivo de Napster.
Con esto, los músicos tienen la posibilidad de planificar sus giras en base a los datos que proporciona el servicio de streaming. Así lo indicó Machado: "Puedo ir para donde tengo más fans y ampliar el conocimiento de mi trabajo. Este es el principio de la industria digital, porque tiene todos los datos. Quien los sabe trabajar mejor, tiene más ventaja".
El servicio de Napster en Chile tiene un valor de $3.590 mensual y la compañía ofrece una promoción de 30 días de prueba.
