La habilidad de las cucarachas para deslizarse por las grietas más estrechas inspiró a científicos de Estados Unidos para diseñar un robot con el mismo exoesqueleto que le permitirá introducirse entre los escombros y detectar la existencia de supervivientes.
Tras años de estudiar la morfología de los insectos para aplicarla a la robótica, la Universidad de Berkeley, en California, presentó este lunes un prototipo que podría facilitar las tareas de rescate tras grandes catástrofes, según publica la revista Proceedings of The National Academy of Sciences (PNAS).
"En el caso de un terremoto, los servicios de emergencia deben saber si una zona de escombros es estable y segura, pero el reto es que la mayoría de los robots no puede penetrar en los escombros", explicó el profesor de biología integral Robert Full.
"Pero si hay un montón de grietas y orificios de ventilación y conductos, se pueden imaginar que basta con tirar un enjambre de estos robots para localizar supervivientes y puntos de entrada seguros para que accedan los servicios de emergencia", añadió Full.
Otras catástrofes
Pero no solo terremotos, los investigadores esperan que también en caso de tornados o explosiones el robot en forma de cucaracha será capaz de localizar cuerpos.
El robot, llamado CRAM (robot compresivo con mecanismos articulados, por su sigla en inglés) mide alrededor de 22 cm y se encontrará en el mercado a un bajo precio aún sin especificar, ya que su diseño es "simple", según su creador, Kaushik Jayaram.
El robot CRAM puede extender sus patas por los lados cuando se siente aplastado, con lo que, al igual que las cucarachas, reduce a la mitad su propia altura.
Además, cuenta con una cáscara de plástico que imita el caparazón y las alas protectoras de las cucarachas, con lo que CRAM puede resistir sobre sus espaldas un peso que supera en 900 veces el suyo.
Hasta el último detalle está inspirado en las cucarachas, y es que Jayaram, que justo acaba de obtener su doctorado en Berkeley, quedó fascinado por estos bichos, que pueden reducir su altura a una quinta parte para colarse por los agujeros.
Con este descubrimiento, y a pesar de ser un prototipo, los investigadores de California confían en que la humanidad haya encontrado finalmente una utilidad a la presencia de las cucarachas en la Tierra.