El aumento de los desórdenes de comportamiento infantil puede deberse en parte a la exposición del feto a las radiaciones de teléfonos móviles durante el embarazo, según un estudio de la universidad estadounidense de Yale publicado este jueves por la revista Nature Scientific Reports.
"Esta es la primera prueba experimental de que la exposición fetal a la radiación de la radiofrecuencia de los teléfonos móviles afecta de hecho al comportamiento de los adultos", explicó el profesor Hugh Taylor, del departamento de obstetricia, Ginecología y Ciencias Reproductivas de esa universidad y uno de los autores del estudio realizado con ratones.
La investigación "demostró que problemas de comportamiento en los ratones similares al trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) (en los humanos) son causados por la exposición a los teléfonos móviles en el vientre materno", explicó el científico.
Taylor señaló que aunque es necesario llevar a cabo pruebas con humanos para establecer los límites de exposición seguros durante el embarazo, a la vista de los resultados "limitar la exposición del feto parece una necesidad".
El TDAH es un trastorno neurológico del comportamiento caracterizado por una distracción moderada a grave, hiperactividad y conductas impulsivas, cuya presencia se detecta en los niños antes de los siete años y que afecta a su actividad social y académica.
El descubrimiento
Taylor y sus colegas sometieron a ratonas embarazadas a la radiación de un teléfono móvil en modo silencioso pero activado con una llamada durante la duración de la prueba y compararon sus resultados con los de un grupo control mantenido bajo las mismas condiciones pero con el teléfono desactivado.
El equipo midió la actividad eléctrica cerebral de los ratones adultos que fueron expuestos a la radiación en estado fetal y llevaron a cabo una serie de pruebas psicológicas y de comportamiento.
Los científicos comprobaron que esos ratones tendían a ser más hiperactivos y mostraban una mayor ansiedad y menor capacidad de memoria, un efecto que atribuyeron a los cambios sufridos durante el embarazo en el desarrollo de las neuronas de la corteza prefrontal de su cerebro, responsable de los procesos de toma de decisiones y del comportamiento social.
Según el autor principal del estudio, Tamir Aldad, serán necesarios nuevos experimentos con humanos o primates no humanos para determinar si los riesgos potenciales son similares, ya que la gestación en las ratonas dura sólo 19 días y los ratones nacen con cerebros menos desarrollados que los de los bebés humanos.