Microsoft tiene que demostrar a partir de mañana que Xbox One, su nueva consola, puede convertirse en referencia del videojuego y en centro solvente para todo tipo de entretenimiento, una carrera a largo plazo por seducir al usuario y por ganarle la batalla a su competidor Sony.
"Es mucho más una maratón que un sprint. El lanzamiento es solo el pistoletazo de salida de todo lo que va a venir. (...) La potencia, la flexibilidad y la capacidad de personalización de la plataforma permitirán crear contenidos cada vez más ricos", explicó en una entrevista el vicepresidente del negocio interactivo de Microsoft en Europa, Chris Lewis.
Xbox One promete juego en muy alta definición y "experiencias más profundas", conexión social, sacarle partido a la nube (300.000 servidores en línea), fino control biométrico -incluso detección del pulso- gracias al renovado Kinect, conectividad móvil con Smartglass, ser vehículo instantáneo de la televisión y la música y plataforma de aplicaciones como Skype o Internet Explorer.
Pero el potencial de la máquina para hacer los contenidos más "envolventes y estimulantes" se irá demostrando poco a poco conforme aparezcan nuevos desarrollos.
La máquina llegará este viernes acompañada de 23 juegos, como "Ryse: Son of Rome" o "Forza Motorsport 5", "el mejor catálogo de lanzamiento", según Lewis.
Sin embargo, el directivo ha admitido que a medida que los desarrolladores se vayan familiarizando con la arquitectura de la plataforma, se conseguirá sacar más rendimiento a la potencia y títulos.
"Algo que hemos aprendido con el paso de los años es que necesitas no solo una oferta fabulosa de juegos en el lanzamiento, sino que es importante mantener una cadencia regular de contenidos fantásticos. No me preocupa en absoluto que títulos como 'Tintanfall', 'Destiny' o 'Watch Dogs' lleguen más tarde, de hecho me gusta".
"Construimos Xbox One para nuestros seguidores"
Para Lewis, el cambio de los términos de uso de los juegos usados y de la necesidad de que la consola estuviera conectada a internet de forma periódica no han sido perjudiciales para la imagen de la consola.
"Construimos Xbox One para nuestros seguidores. (...) Querían la misma flexibilidad con los discos que en Xbox 360. Se manifestaron y nosotros escuchamos y actuamos. Seguimos comprometidos con nuestra estrategia digital, eso no ha cambiado y continuaremos dándole forma, aunque hayamos modificado algunas restricciones. Nuestra reacción tuvo una acogida muy positiva", ha sentenciado.
La competencia de Sony, cuya consola es más barata, va a ser dura, especialmente tras el viraje de Microsoft. El directivo está convencido de que los usuarios saben detectar "la importancia del tremendo valor" que acompaña a Xbox One como un sistema de entretenimiento todo en uno.
"Por supuesto que habrá una fuerte competencia. El espíritu competitivo garantiza que sigamos buscando más mejoras en lo que ofrecemos y subimos el listón de calidad de la experiencia que brindamos. Pero no nos cambiaríamos por nadie, hemos registrado una demanda sin precedentes por Xbox One", ha sostenido.
Lewis no ha detallado las cifras de reservas de Xbox One, si bien ha asegurado que superan en más del doble a las de Xbox 360 y que las aspiraciones de Microsoft son ambiciosas."Tenemos hambre de victoria global en esta generación (...), la consola ha sido diseñada para colocarnos en lo más alto del podio", ha aseverado el directivo.
La nueva consola de Microsoft se pone a la venta mañana en España, Estados Unidos, México, Brasil, Canadá, Reino Unido, Francia, Alemania, Irlanda, Italia, Austria, Australia y Nueva Zelanda.