La Comisión Europea (CE) impuso este miércoles una multa de 1.490 millones de euros a Google por abusar de su posición de dominio en el mercado de la publicidad en línea a través de su servicio AdSense for Search.
Esta sanción, la tercera y menos cuantiosa que inflige Bruselas al gigante tecnológico en menos de dos años por incumplir normas comunitarias antimonopolio, se debe a que impuso "cláusulas restrictivas" en contratos con páginas web de terceros que impidieron a sus rivales emplazar en ellas sus propios anuncios relacionados con búsquedas.
"Hoy, la Comisión ha multado a Google con 1.490 millones de euros por el uso indebido ilegal de su posición dominante en el mercado de la intermediación de anuncios de búsqueda en línea", informó la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, en una rueda de prensa.
Según dijo, Google ha consolidado su dominio en los anuncios de búsqueda en línea y "se ha protegido de la presión de sus rivales al imponer restricciones contractuales anticompetitivas en páginas web de terceros".
"Esto es ilegal bajo las normas antimonopolio de la UE", subrayó la comisaria, quien explicó que el comportamiento irregular duró 10 años, de 2006 a 2016, durante los cuales la empresa estadounidense "negó a otras empresas la posibilidad de competir sobre los méritos e innovar".
Según dijo, "no había razón para que Google incluyera esas cláusulas restrictivas excepto para mantener fuera a sus competidores", lo que en última instancia hizo que los consumidores acabaran pagando "precios más altos".
El vicepresidente de sénior de Google para Asuntos Globales, Kent Walker, se refirió a esta situación y en un comunicado expresó que "en los próximos meses haremos más actualizaciones para dar más visibilidad a los rivales en Europa".
Cláusulas de exclusividad
La investigación de la CE mostró que, desde 2006, Google incluyó cláusulas de exclusividad en sus contratos, de manera que se prohibía a las webs situar ningún anuncio de búsqueda de competidores en sus páginas de resultados de búsquedas.
También que, desde marzo de 2009, Google empezó gradualmente a reemplazar esas cláusulas de exclusividad con otras llamadas de emplazamiento "premium", que requerían a las páginas web reservar los espacios más rentables en sus resultados de búsquedas para los anuncios de Google y exigían un mínimo de éstos.
Como resultado, los competidores no podían acceder a esos puestos preferentes para situar sus propios anuncios.
Por último, la CE encontró que, desde marzo de 2009, también incluía cláusulas que pedían a las páginas web una aprobación por escrito de Google antes de hacer ningún cambio en la manera en que se mostraba cualquier anuncio de un rival, lo que implicaba que el gigante de Mountain View pudiera "controlar cuán atractivos" eran los anuncios de la competencia para hacer click en ellos.
La Comisión precisó asimismo que, entonces, la compañía introdujo una estrategia de "exclusividad relajada" a fin de reservar para sus propios anuncios de búsquedas las posiciones más valiosas y para controlar el rendimiento de los anuncios de sus competidores.
Bruselas ha fijado la multa en el 1,29 por ciento de la facturación de Google en 2018, teniendo en cuenta "la duración y gravedad de la infracción".