El gigante del software mundial Microsoft argumentó ante el Tribunal Supremo de EE.UU. que el Gobierno de Donald Trump está poniendo en peligro el derecho a la privacidad en el mundo con sus intentos de acceder a datos almacenados en el extranjero.
El alto tribunal celebró una audiencia de una hora para evaluar el caso que enfrenta a Microsoft y al Gobierno estadounidense, que quiere que las compañías tecnológicas le permitan acceder a correos electrónicos almacenados en servidores en otros países.
Durante la audiencia, el abogado que representa a Microsoft, Joshua Rosenkranz, aseguró que el Gobierno de Trump está minando la confianza de los usuarios en su compañía al tratar de acceder a datos en el extranjero y, además, podría llegar a violar leyes internacionales.
"El Gobierno de EE.UU. quiere usar leyes estadounidenses para ilegalmente entrar en ordenadores extranjeros violando leyes internacionales", subrayó Rosenkranz.
De esa forma, el abogado defendió que Microsoft "legítimamente" se negó en 2013 a entregar a fiscales de EE.UU. unos correos electrónicos ligados a un caso de narcotráfico y que estaban almacenados en un servidor en Dublín (Irlanda).
La compañía se negó a entregar esos correos al considerar que eso implicaba la incautación de documentos internacionales y que, de producirse, otros Gobiernos del mundo, como Rusia o Irán, podrían forzar a empresas tecnológicas de EE.UU. a transferirles información almacenada en territorio estadounidense.
El caso llegó a los tribunales y, después de sentencias a favor de Microsoft, el Gobierno de Trump interpuso un recurso al considerar que, como la compañía tiene sede en Redmond (en el estado de Washington), puede acceder a los ficheros almacenados en otros países con solo un clic.
A través de su abogado, Microsoft insistió hoy en que las órdenes de registro no pueden seguir estando regidas por una ley aprobada en 1986, pues omite los desafíos de la era digital.
Microsoft, que almacena datos en hasta 40 países, es la primera compañía tecnológica estadounidense que desafía una orden del Gobierno de EE.UU. para requisar datos fuera de su país.