Científicos crearon una tecnología que diagnostica a pacientes que sufrieron lesiones cerebrales
Dos investigadores israelíes desarrollaron un programa que se basa en realidad virtual.
Su precisión es superior al 80 por ciento.
Dos investigadores israelíes desarrollaron un programa que se basa en realidad virtual.
Su precisión es superior al 80 por ciento.
Dos científicos israelíes han desarrollado un programa de computación que permite, utilizando tecnología de realidad virtual, dar diagnósticos de pacientes que sufrieron accidentes vasculares cerebrales o lesiones cerebrales traumáticas.
"Utilizamos una plataforma de realidad virtual que ya existía, insertando allí al paciente, y logramos desarrollar el programa con un modelo matemático de red de neuronas, que es una expresión de inteligencia artificial", explicó Uri Feintuch, del Hospital Hadassah de Jerusalén, uno de los impulsores del programa.
![]() |
| Un computador "aprendió" a reconocer las distintas enfermedades. |
El primer paso fue colocar al paciente en una realidad virtual en la que, por ejemplo, se convierte en un arquero que debe atajar pelotas o en jugador que debe embocar la mayor cantidad posible de aros en un sitio.
Quien le observe, verá simplemente sus movimientos, supuestamente "en el aire", pero el paciente mismo, al mirarse en la pantalla colocada enfrente suyo, se ve en la realidad que la computadora le transmite de acuerdo a las necesidades del terapeuta.
Conocedores de la técnica de realidad virtual y del uso que se le da hace ya tiempo para tratar gente afectada en sus movimientos, Feintuch y Larry Manevitz -matemático de la Universidad de Haifa- decidieron dar otro paso y analizar con un nuevo programa de computación el resultado de las maniobras que hace el paciente en ese mundo virtual.
"Fuimos presentando a la computadora gente en distintos estados, indicándole quién está enfermo y quién no, quién sufrió heridas en la cabeza como resultado de golpes o accidentes y quién tuvo infartos cerebrales" señala Feintuch.
"Logramos enseñar al computador a distinguir por sí misma entre unos y otros, de modo que finalmente, el programa mismo decía solo si tal o cual persona estaba enferma o no y qué tipo de lesión cerebral sufría", agrega Manevitz.
El computador aprendió a reconocer los distintos casos, de acuerdo al desempeño motriz de la persona.
Eso se dio a tal punto que "obligó" a Feintuch a revisar sus registros, debido a que el programa desarrollado "insistía" en que una persona determinada estaba sana, aunque él tenía anotado que se trata de un paciente que había sufrido un accidente vascular cerebral.
"Lo que sucedió fue que éste no había incidido en lo motriz -que es lo que la computadora aprendió a reconocer- sino en lo cognitivo, algo en lo que todavía se está trabajando".
![]() |
| Larry Manevitz y Uri Feintuch (derecha). |
Al mismo tiempo, aclara que "nosotros tomamos gente cuya situación conocíamos de antemano, aunque no en todos los casos estaban tan claro cómo reconocer las distintas lesiones".
Y Feintuch agrega que precisamente el hecho que ellos, en el proyecto, tenían ya los datos sobre cada paciente, les sirvió de confirmación de lo acertado del programa, cuando tras "enseñar" a la computadora, pasaron a pedir su diagnóstico.
"En ninguno de los experimentos hubo menos del 80-85 por ciento de exactitud. Y en algunos llegó inclusive al 96 por ciento", destacó.
La próxima etapa es ayudar a diagnosticar pacientes o evaluar su proceso de recuperación, en casos en los que la simple observación del terapeuta no lo puede permitir porque se trata de lesiones más sutiles, no fácilmente perceptibles a primera vista.
"Nuestra esperanza es también que podamos en el futuro, en base a los datos del paciente que introducimos al programa, construir un modelo de paciente virtual, probar en él distintos tratamientos y ver así cuál es el mejor para él, que será el aplicado al paciente de verdad", dice Manevitz.
Según sus creadores, los usos del sistema avalado por el hospital Hadassam el Hospital Sheba Tel Hashomer -dos de las instituciones médicas más respetadas de Israel- y la Universidad de Haifa podrían ser ilimitados.
Al preguntar la BBC al Profesor Manevitz cuál es su próxima meta, tras haber logrado comprobar el funcionamiento del programa ya desarrollado, sonríe y responde: "El cielo es el límite. Quizás... ayudar a los médicos a curar a todos los pacientes del mundo...".