Antonio Skármeta: Soy un romántico y perdido admirador del libro de papel
El escritor mostró sus "entusiasmos, aprehensiones y confusiones" sobre la era digital.
Abogó por aumentar la protección para los autores.
El escritor mostró sus "entusiasmos, aprehensiones y confusiones" sobre la era digital.
Abogó por aumentar la protección para los autores.
El escritor Antonio Skármeta se declaró un "romántico perdido admirador" del libro de papel y expresó sus "entusiasmos, aprehensiones y confusiones" sobre las secuelas de la era digital en la creación.
Invitado a intervenir en el II Foro Mundial de la Unesco sobre la Cultura y las Industrias Culturales, que concluye este miércoles en la ciudad italiana de Monza, Skármeta disertó sobre los pros y los contras que para los escritores conlleva el libro electrónico.
Así, el autor, reconocido con los más prestigiosos premios internacionales como el Boccacio de Italia (1996), el Planeta de Novela de España (2003) o la Medalla Goethe en Alemania, abogó por una mayor protección para los autores en esta era digital.
Expresó su temor de que si no se legisla "enérgicamente contra la apropiación y divulgación indebida de creaciones individuales, el autor profesional", que, subrayó, "es el alma del relato", verá menguado su "rol, su ánimo, y deberá hacer de su arte una suerte de 'hobby' adjunto a un trabajo que le permita mantenerse".
La poesía, "de quien la usa"A modo de símil, Skármeta citó un pasaje de su mundialmente conocida obra "El cartero de Neruda", llevada con gran éxito al cine, aquel en el que el poeta reprocha al inocente cartero tras haberle robado algunos versos de amor para recitarlos a la mujer que ama con intención de seducirla.
Un reproche al que el cartero responde: "La poesía no es de quien la escribe, sino de quien la usa".
Skármeta, que recordó cómo se han confeccionado cientos de camisetas en las que se ha impreso esa frase, subrayó que "jamás pudimos imaginar que esa inocente broma podría llegar a ser parte de una política depredadora de los servidores electrónicos, que parecen no haber leído la respuesta que Neruda le da al cartero".
Y es que Skármeta suscribe las palabras del poeta, quien, tras oír la enfática proclama del cartero, dice: "Sí pero no llevemos la democracia tan lejos que tengamos que someter a votación dentro de la familia quién es el padre".
La "ética ambigua".
El escritor pronunció un discurso de tres cuartos de hora, en algunas ocasiones escenificado, que despertó numerosas sonrisas y cálidos aplausos del público congregado en el Palacio Villa Reale de Monza.
Galardonado en marzo pasado con el Premio Iberoamericano de Narrativa Planeta-Casa de América por su obra "Los días del arcoirís", Skármeta lamentó la "ética ambigua".
Una postura, que en su opinión, "exige a los gobiernos y a la sociedad que legisle para proteger bienes privados pero que protesta airada si las instituciones intentan proteger a los artistas del robo de sus creaciones".
El también guionista, al enarbolar su defensa del libro de papel, indicó que se trata del medio más "próximo", el menos "efímero", el más "concreto", el más "sensual", el más "visionario" y hasta aquel que desprende el mejor aroma: "El de la tinta bendita derramada sobre la página".
Antonio Skármeta subrayó, por último, como "digna de todo elogio" la tarea, emprendida por las instituciones dedicadas a la cultura, de crear bibliotecas virtuales.