El 68 por ciento de los alemanes sigue considerando al Premio Nobel como la conciencia del país, mientras su autobiografía ya se transformó en un éxito de ventas.
La credibilidad del escritor alemán Günter Grass, premio Nobel de Literatura 1999, no se ha visto mermada tras la polémica suscitada después de que el autor de "El tambor de hojalata" confesara haber formado parte en su juventud de las Waffen-SS.
Este fue un cuerpo de elite y brazo de combate de las SS, la unidad paramilitar del partido nazi.
Dos de cada tres alemanes (el 68 por ciento) así lo considera, según los resultados de una encuesta realizada por el instituto Forsa para la cadena de televisión alemana de noticias N-TV.
El 12 por ciento de los encuestados, sin embargo, cree que Grass, arquetipo de escritor incómodo y azote de conciencias políticas y literarias, ha perdido credibilidad tras su confesión, realizada más de 60 años después del final de la Segunda Guerra Mundial.
Al autor de "Mi siglo" se le consideraba la conciencia política de Alemania, pero ahora, tras confesar que estuvo en las Waffen-SS, hay quienes que lo han calificado de "apóstol de la doble moral".
La mayoría de los encuestados (51 por ciento) considera que Grass debería haber contado antes públicamente su pertenencia a las fuerzas nazis.
El 29 por ciento cree que su confesión llegó en el momento adecuado, mientras que el ocho por ciento de los encuestados cree que el literato debería haber mantenido silencio sobre este polémico capítulo de su vida.
La confesión de Grass disparó las ventas de su autobiografía de niñez y juventud titulada "Beim Haeuten der Zwiebel" ("Pelando la cebolla").
La primera edición de su libro está a un paso de agotarse, a sólo un día de su salida al mercado alemán.
Unos 130.000 de los 150.000 ejemplares de la primera edición fueron adquiridos, según fuentes de la editorial Steidl. Próximamente se lanzará una segunda tirada, esta vez de 100.000 textos.
Muchos en Alemania vieron en la confesión de Grass una campaña publicitaria para promocionar su autobiografía.
En rigor el dato de su pertenencia a las Waffen-SS era un antecedente al alcance de cualquier persona, pues su ficha de prisionero de guerra de las fuerzas que derrotaron al régimen nazi así lo dejaba en claro.
Las actas estaban abiertas a consulta pública en los archivos de la Oficina de Información del Ejército alemán, en Berlín. (EFE)
