El desaparecido autor argentino Julio Cortázar contaba sus historias "a ritmo de jazz" y "hubiera sido más feliz como músico que como escritor", afirmó en Guadalajara el literato mexicano Guillermo Sampeiro, durante un coloquio sobre la vida y obra del trasandino.
Además de las cualidades literarias, varios de los escritores invitados al encuentro, que concluye este martes, destacaron la memoria musical del autor de "Rayuela" y su extraordinario oído para entender las melodías.
Samperio, en el foro "El legado imaginario de Cortázar", manifestó que en el caso del fallecido escritor, la improvisación es fruto del dominio de la técnica y que por eso "Julio escribía a ritmo de jazz".
En la inauguración del coloquio que rinde un homenaje al autor, a 20 años de su muerte, el escritor colombiano Gabriel García Márquez contó una anécdota para ilustrar los grandes conocimientos musicales del homenajeado.
"Fui a Praga por última vez en el histórico año de 1968, con Carlos Fuentes y Julio Cortázar (...) a la hora de dormir, a Carlos Fuentes se le ocurrió preguntarle a Cortázar cómo y en qué momento y por iniciativa de quién se había introducido el piano en la orquesta de jazz", relató.
"La pregunta era casual prosiguió, y no pretendía más que conocer una fecha y un nombre, pero la respuesta fue una cátedra deslumbrante que se prolongó hasta el amanecer, entre vasos de cerveza y salchichas con papas heladas".
García Márquez añadió que "Cortazar, quien sabía medir muy bien sus palabras, nos hizo una recomposición histórica y estética con una versación y una sencillez apenas creíble, que culminó con las primeras luces en una apología homérica de Thelonius Monk", reconocida leyenda del piano.
"No sólo hablaba con una profunda voz de órgano de erres arrastradas, sino también con sus manos de huesos grandes como no recuerdo otras más expresivas", señaló García.
En el foro también participó el peruano Julio Ortega, uno de los críticos literarios más sobresalientes de América Latina, y quien destacó que "el cuento no es moneda corriente, pero si es un juego y se llama 'Rayuela'".
Las tertulias diarias en Guadalajara se alternan con conciertos de jazz, cine y exposiciones, todas sobre la vida y obra de Cortázar. (EFE)