Más de 550 escritores de 81 países, entre ellos cinco premios Nobel, condenaron la magnitud del espionaje masivo en internet realizado por los gobiernos y revelado por el exanalista de la CIA Edward Snowden, en un manifiesto publicado este martes en 30 diarios del mundo.
"Alertamos sobre una nueva forma de represión que no consiste en que alguien llama a tu puerta y se te lleva esposado, sino en el espionaje de tu esfera más privada", señaló el escritor germano-ruso Ilija Trojanow, impulsor del manifiesto "Writers against mass surveillance" ("Escritores contra la vigilancia masiva").
El texto está respaldado por las firmas de 560 autores, entre ellos cinco Premios Nobel de Literatura -el turco Orhan Pamuk, el sudafricano J.M. Coetzee, la austríaca Elfriede Jelinek, el alemán Günter Grass y el sueco Tomas Tranströmer-.
Otros grandes escritores suscriptores del manifiesto son Don DeLillo, Richard Ford, David Grossman, así como los españoles Juan Goytisolo, Javier Marías y Javier Cercas, entre muchos otros.
Los impulsores del manifiesto lograron su publicación gratuita en treinta medios de todo el mundo, como el británico The Guardian, el alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung, el francés Le Monde y el español El País-, pero ninguno de Estados Unidos.
"Tuvimos respuestas de clara simpatía en varios medios, como el Washington Post, pero finalmente desistieron de publicarlo como artículo de opinión gratuito", indicó Janne Teller, responsable en la iniciativa de la búsqueda de apoyos en el ámbito estadounidense.
Un proyecto de ley de derechos digitales
En el manifiesto, publicado a raíz de las revelaciones hechas en los últimos meses por Snowden sobre las actividades de espionaje masivo llevadas a cabo por el centro de escuchas británico GCHQ y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos, los escritores instan a la ONU a crear un proyecto de ley internacional de derechos digitales que asegure la protección de los derechos civiles en la era de internet.
Los ciudadanos tienen derecho a no ser observados en sus comunicaciones, recuerdan los signatarios, al tiempo que denuncian que "este derecho fundamental ha sido anulado por el abuso de los desarrollos tecnológicos de los Gobiernos y corporaciones con el propósito de llevar a cabo espionaje masivo".
"Una persona bajo vigilancia ya no es libre; una sociedad bajo vigilancia ya no es una democracia. Para mantener cualquier validez, nuestros derechos democráticos deben aplicarse en un espacio virtual y real", añaden.
La plataforma alemana, integrada por siete escritores y el periodista Jakob Augstein, pretende que a la publicación a escala mundial del manifiesto sigan adhesiones de "otros miles de autores" y, de hecho, simultáneamente a la presentación se anunciaron las de Umberto Eco y William Boyd.
"La lista de los firmantes se generó de un modo casi espontáneo, como la propia iniciativa. Empezamos mandando correos electrónicos cada uno de nosotros a nuestros contactos, editores, traductores, etcétera. Al principio fue difícil, pero a medida que lográbamos adhesiones fue tomando dinámica", indicó Isabel Cole.
Rompiendo la resignación
Con la publicación de esa primera lista de firmantes se aspira a "romper el muro de pesimismo y resignación", en palabras de Trojanow, que ha hecho que hasta ahora la opinión pública no haya reaccionado de forma más contundente a los casos de ciberespionaje.
"Es falso que no haya apenas reacción por parte del ciudadano medio. Lo que ocurre es que la gran mayoría se siente impotente frente a ese nuevo superpoder", apuntó la escritora Eva Menasse.
La aparente resignación se ha acrecentado, además, por la escasa reacción o contradicciones con que el ámbito político ha respondido al alud de revelaciones provocado por la difusión de los documentos de Snowden.
Los impulsores del manifiesto expresaron su decepción por el caso de la canciller alemana, Angela Merkel, que pese al gran revuelo causado por las filtraciones del presunto espionaje de Estados Unidos a su móvil no ha reaccionado, a su juicio, con la contundencia precisa ante Washington.
"La reacción de Merkel y su Gobierno fue floja, pero lo que más nos choca es que, hasta ahora, no haya querido recibirnos. Tal vez vista la magnitud global y la respuesta que ha obtenido nuestro manifiesto cambie de parecer", indicó Menasse.
El manifiesto se publica un día después de que ocho grandes empresas tecnológicas, entre ellas Apple, Google y Microsoft, pidieran al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y al Congreso estadounidense un cambio en su política de vigilancia digital para que sea "proporcionada a los riesgos, transparente y sujeta a supervisión independiente".