Las primeras pruebas practicadas a los restos del Premio Nobel de Literatura 1971, Pablo Neruda, concluyen que el poeta chileno efectivamente padecía de un cáncer de próstata avanzado y metastásico.
Fuentes ligadas al proceso confirmaron a la agencia EFE que el informe de los exámenes radiológicos e histológicos realizados a los restos del literato por el Servicio Médico Legal fue entregado este jueves al juez Mario Carroza, quien instruye la causa para determinar el verdadero motivo de la muerte de Neruda, tras una querella presentada por el Partido Comunista el año pasado.
Para esclarecer estos hechos, los restos del poeta (1904-1973) fueron exhumados el pasado 8 de abril de la tumba en que yacían desde 1992 junto a los de Matilde Urrutia, su tercera esposa, ambas situadas frente al mar de Isla Negra.
Una línea de investigación en esta causa apunta a que Neruda falleció debido a una metástasis por el cáncer de próstata, pero una segunda señala que la muerte fue ocasionada por la intervención de terceros cuando estaba hospitalizado en la Clínica Santa María de Santiago, días después del golpe militar de 1973.
"Más allá de que se haya establecido que Neruda tenía un cáncer de próstata, aquí lo central es determinar si él fue realmente asesinado por medio de una inyección letal mientras permanecía internado en la Clínica Santa María", declaró a EFE Eduardo Contreras, abogado querellante en esta causa.
"En este sentido, lo importante son las muestras óseas que se enviarán a Estados Unidos", agregó.
Como parte de las pruebas que tras la exhumación realiza un equipo multidisciplinario de peritos chilenos y extranjeros, un laboratorio de Estados Unidos analizará en próximos días parte de la osamenta para determinar si el poeta, que era un activo militante del Partido Comunista, murió por envenenamiento.
La sospecha de que mientras estaba hospitalizado Neruda fue intoxicado por agentes de la dictadura del general Augusto Pinochet la reveló en 2011 el exchofer del vate, Manuel Araya, quien hace un mes reiteró a Efe que el poeta "fue asesinado y no murió de cáncer".
Según el abogado querellante Eduardo Contreras son tantas las contradicciones que existen en el proceso acerca de lo que sucedió en la clínica Santa María que hacen albergar una legítima duda respecto a que murió de cáncer.