La columna de Ernesto Contreras: Cormier, un sobreviviente

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El doble campeón del UFC ha tenido una vida marcada por las tragedias personales, pero hoy, a sus 39 años, disfruta de la gloria que tanto le costó alcanzar.

La columna de Ernesto Contreras: Cormier, un sobreviviente
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Por Ernesto Contreras Delzo, @contrerasdelzo. Foto: www.mmaweekly.com

Corría el mes de junio del año 2003, y la vida de Daniel Cormier cambió para siempre. Su hija Kaedyn Imrai Cormier, de solo tres meses, falleció en un accidente de tránsito luego que un camión impactara el automóvil en el cual viajaba junto a su madre.

Un año antes, Cormier se consagraba como unos de los grandes proyectos de la lucha estadounidense, tras consagrarse como doble medallista de oro en los Panamericanos de Maracaibo y Santo Domingo. Al momento del trágico accidente se preparaba para representar a su país en los JJ.OO. de Atenas 2004.

En conversación con el programa "Highly Questionable", de ESPN, el doble campeón del UFC narró la manera en que la muerte de su hija cambió su relación con el deporte.

"Eso fue algo que pensé me derrumbaría. Pero empecé a pensar y vi que podía honrarla con todo lo que hacía. Nunca hubiera estado en UFC de no ser por ella. Después de su muerte, se convirtió en mi inspiración. Fui a la selección olímpica e hice lo que hice en el mundo de las peleas porque siempre trataba de representarla. Ella tendría 14 años hoy", narró el veterano de 39 años.

En la misma conversación, "DC" también recordó que en su juventud sufrió la muerte de su padre, que fue asesinado en el "Día de Acción de Gracias".

"Estaba viendo la televisión. Recuerdo que mi madre fue a la cocina para contestar el teléfono y aún recuerdo sus gritos. Era joven y alguien me dijo que era sobre mi padre. Me dijeron que había sido asesinado por el padre de su segunda esposa", agregó.

Estos golpes hicieron a Cormier más fuerte y lo impulsaron a dar el siguiente paso.

De la lucha a las MMA

"DC" ingresó al mundo de las artes marciales mixtas el año 2009, y rápidamente consiguió sus primeros éxitos.

El 2010 ganó los cinturones peso pesado en XMMA y en KOTC, mientras que el 2011 capturó el campeonato de Strikeforce, tras vencer a Josh Barnett en la final del GP luego de ingresar como reserva.

El paso siguiente fue el UFC, donde su amistad con Caín Velásquez lo obligó a bajar a los semipesados, donde rápidamente llegó a pelear por el cinturón.

En esta división, Cormier viviría una intensa rivalidad con Jon Jones con quien perdió en el UFC 182 por decisión, y luego en el UFC 214 donde fue noqueado con una brutal patada en la cabeza.

Luego de llorar amargamente en el octágono e insinuar un posible retiro de la actividad, Cormier recuperaría el título tras comprobarse un dóping positivo de Jones.

Con su némesis fuera del panorama, el animal competitivo que habita dentro de Daniel lo llevó a buscar un desafío que para muchos parecía un suicidio.

En una pelea sin precedentes, "DC" se enfrentó al campeón pesado Stipe Miocic con la tarea de convertirse en el segundo campeón simultáneo de la historia, luego que Connor McGregor consiguiera lo mismo el 2016.

Contra todo pronóstico Cormier noqueó a Miocic en el primer round y alcanzó el sueño de su vida: Construir un legado.

Con dos cinturones y considerado el mejor peleador libra por libra de la actualidad, Cormier ya adelantó que su retiro se producirá en marzo del 2019 pero antes se enfrentará con Brock Lesnar, en una súper pelea que promete ponerle broche de oro a la carrera de un peleador que se forjó a puro dolor.

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