La columna de Ernesto Contreras: Del delirio a la decepción
Revisa la opinión del periodista de Al Aire Libre en Cooperativa tras su experiencia en la UFC Chile.
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El octágono más famoso del mundo tuvo un exitoso estreno en nuestro país, en una velada que hizo delirar a más de 11 mil enfervorizados fanáticos.
El reloj marcaba las 18:30 horas en punto, y un rugido estremeció el Movistar Arena. No era por la aparición del grupo musical del momento, ni por el reggeatonero de moda. Se trataba del brasileño Felipe Silva, peleador oriundo del estado de Minas Gerais y encargado de dar el puntapié inicial a las preliminares del histórico UFC Fight Night Santiago.
El sueño de miles de fanáticos se hacía realidad: El UFC estaba en Chile. El coloso de las artes marciales mixtas hacía su estreno absoluto en un país sudamericano que no fuera Brasil, y el público respondió a la altura de las circunstancias. Y los atletas también.
La primera pelea fue la muestra necesaria para calibrar el espectáculo que vivirían los 11.082 espectadores que repletaron el Arena, y a quienes no les importó los golpes que recibió la cartelera estelar con lesión del argentino Santiago Ponzinibbio, y la cancelación de la esperada pelea del suizo Volkan Oezdemir ante el legendario Mauricio Shogun Rua.
En su segunda pelea en el octágono el peruano Claudio Puelles, finalista del TUF 3, anunció que la jornada sería inolvidable. En uno de los regresos más sorprendentes que recuerde la compañía, derrotó a Silva con una llave de rodilla cuando el KO del brasileño parecía inminente. Gracias a su impresionante actuación, el "Niño" se llevó el premio a la performance de la noche y un jugoso cheque de 50.000 dólares.
La cartelera preliminar proseguiría con los triunfos de Frankie Saenz sobre Henry Briones por decisión unánime y con la victoria de otro peruano, "El Fuerte" Enrique Barzola sobre el norteamericano Brandon Davis también por decisión. En esta pelea, el limeño contó con un inusual apoyo de la gente, quienes estremecieron el recinto con un sonoro "¡Perú, Perú, Perú!", en una muestra clara del espíritu de hermandad que impera en las artes marciales mixtas en este lado del mundo.
La jornada se mantenía encendida, más aún cuando el mexicano Henry Briones noqueó al también peruano Humberto Bandenay con un impresionante slam en solo 39 segundos, llevándose el otro bono a la actuación de la noche.
La velada siguió con la rápida victoria de la extrovertida brasileña Poliana Bothelo sobre la debutante japonesa Syuri Kondo en solo 33 segundos, y con la sangrienta victoria de Alexander Pantoja ante el séptimo ranqueado mosca, el mexicano Brandon Moreno, quien soportó 15 minutos de brutal castigo por parte de su oponente y vio truncado su explosivo ascenso a la cima de la división.
Las grandes emociones vividas durante las primeras peleas le jugaron en contra a Zack Cummings y Michael Prazeres, quienes brindaron un combate más pausado y calculador que generó los primeros abucheos por parte de la gente. La pelea fue de las más parejas de la noche, y significó el sexto triunfo en línea del "Tanque" brasileño.
Luque saca la cara
Finalizadas las preliminares llegó el turno de la cartelera estelar, y la acción no podría empezar de una mejor manera.
El brasileño de padre chileno, Vicente Luque, dio la primera alegría de la noche tras noquear en el primer asalto al canadiense Chad Laprise. El "Asesino silencioso" festejó su rápida victoria encaramado en la jaula y entonando un ceachei.
Luego fue el turno de la debutante Andrea "KGB" Lee, quien en la mejor pelea de la noche derrotó a la venezolana Verónica Macedo en una clara decisión unánime.
Este sería el preludio perfecto para el momento más esperado de la noche, el combate entre Diego Rivas y Guido Canetti.
La hora del "Pitbull"
Enfundado en la bandera argentina, y bajo uno de los abucheos más grandes que recuerde la industria, el desafiante "Ninja" Canetti ingresó al octágono con la motivación de silenciar a un público, hasta ese minuto, exultante. Y le resultó.
Durante 15 minutos, el experimentado argentino controló al "Pitbull” y rozó la finalización en el primer asalto. En el segundo round, Rivas tuvo su mejor momento al encajar una guillotina que estuvo cerca de darle la victoria, pero Canetti logró escapar de la llave y se mantuvo en el combate. El tercer asalto fue el más favorable para el nacional, pero al igual que en su última pelea ante Quiñonez careció de la agresividad necesaria para terminar el combate.
Los jueces le dieron la pelea al argentino por un triple 29-28, y se llevó así su segundo triunfo en el UFC, mientras que Rivas sumó su segunda derrota consecutiva.
Terminado el combate, Canetti tomó el micrófono e intentó disculparse ante el público, por sus agresivos dichos en la previa de la pelea, pero una silbatina ensordecedora no lo dejó terminar.
La respuesta fue tan potente que incluso sorprendió a los ejecutivos de la compañía. En declaraciones con la cadena Fox, David Shaw vicepresidente ejecutivo de UFC declaró: "La reacción de la gente con Diego Rivas es solo comparable con lo que genera Anderson Silva en Brasil o Conor McGregor en Irlanda. Me pareció impresionante como no dejaron hablar a Canetti", aseguró.
Y posteriormente envió un mensaje que llenó de ilusión a los fanáticos: "No se trata de si volvemos o no, se trata de cuándo volveremos. Estamos muy contentos con los fanáticos, fueron muy respetuosos", apuntó en la misma cadena deportiva.
La derrota del crédito local pegó fuerte, pero el KO del temible semipesado Dominick Reyes y la rápida sumisión de la invicta Tatiana Suárez sobre Alexa Grasso, volvieron a calentar a una tribuna aún shockeada por la caída de Rivas.
Y así llegó la hora del evento estelar.
La pelea principal enfrentó al nigeriano Kamaru Usman ante el experimentado Demian Maia, quien tomó la pelea con tres semanas de anticipación debido a la lesión del argentino Santiago Ponzinibbio.
En un combate que dominó a cabalidad, la "Pesadilla Nigeriana" derrotó sin problemas a Maia, quien en 25 minutos no pudo llevar al piso a su rival sucumbiendo de manera clara ante uno de los prospectos más temibles de la división.
Con Usman pidiendo una pelea ante el monarca welter Tyron Woodley terminó un evento de nivel mundial, que cumplió todas las expectativas que habían sobre él y que puso definitivamente a Chile en el mapa de las MMA a nivel mundial y dejó a los fanáticos clamando por un pronto retorno del octágono más famoso del mundo.