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Dele Alli hizo una especial solicitud a la federación inglesa: excluir su apellido de la camiseta del equipo nacional que compite en Rusia 2018. Y el volante de Tottenham fue complacido, al igual que en su club, por una dura pero comprensible razón: hace años que no habla ni con su padre, ni con su madre, ni con su hermana.
Kehinde, su papá, es un nigeriano que llegó a Inglaterra a estudiar un master en la Universidad de Montfort. Denise, la mamá, es una inglesa que por años ha sufrido problemas de alcoholismo. La pareja se separó cuando Dele tenía tres años, aunque mantuvo el contacto de forma regular.
El futbolista, hoy de 21 años, dejó su casa a los 13, tras ser acogido por la familia de su compañero Harry Hickford, con el que jugaba en el club Milton Keynes Dons. Dele encontró en el hogar de su amigo la estabilidad y los cuidados que en su propia casa no tenía.
Los padres y la hermana le han implorado que los vuelva a contactar. Que al menos los reciba para conversar. Y enfatizan que no están detrás de su dinero. "Te amamos y extrañamos", escribió Barbara, su hermana mayor. La madre, incluso, lo fue a buscar a un partido. No hubo caso: ella lo abordó, él la miro, le dijo "estoy ocupado", y siguió su marcha. La mujer rompió en llanto. "Por años le di mi amor, compañía y cobijo afectivo y económico, en lo posible. Es muy dolorosa su actitud", comentó Denise a la prensa inglesa.
El padre hasta mostró una foto en la que aparece con un pequeño Dele, de entonces 10 años, y otra mujer: su segunda esposa, con la que se casó en Texas en una ceremonia a la que su hijo fue como testigo, según el propio Kehinde.
Dele vivió cerca de un año en Estados Unidos, pero volvió a Gran Bretaña. "Era lo mejor para él y, también para su sueño de ser futbolista", dice el padre. Antes de eso, padre e hijo también habían residido en Lagos (Nigeria).
Ya en vuelta en Inglaterra, el niño comenzó a entrenar de lunes a viernes en el Milton Keynes. "Así que por conveniencia empezó a quedarse en la casa de su mejor amigo cinco días a la semana, y los fines de semana se venía. Fue duro dejarlo estar lejos de casa, pero yo no tenía auto y se hacía difícil poder llevarlo".
"No necesitamos un centavo de él. Sólo quiero que sepa que lo amamos", dice Kehinde Alli, de origen nigeriano, tal como el nombre 'Dele', que pertenece a la tribu Yoruba.
De aquí en más dígale sólo Dele, como es su deseo. Y por valederas razones.