La columna de Ernesto Contreras: La Torre y el asalto a París
No hay dudas que 2018 ha sido el año de Nicolás Jarry. Con 22 años, el santiaguino ha posicionado su nombre como uno de los grandes prospectos del tenis mundial.
Cony Capelli reveló desconocida experiencia con Kike Morandé en MCC
Don Francisco vivió incómodo momento con Junior Playboy: Espero no volver a verlo
¿Se suspende la definición del torneo? Tribunal se reúne por apelación de la U
Por Ernesto Contreras D. @contrerasdelzo
Ubicado actualmente en el puesto 63 del mundo, el nieto de Jaime Fillol ha tenido una explosión impensada para la mayoría de los expertos del deporte blanco, pero para sus cercanos esto no ha sido ninguna sorpresa.
Con 1,98 metros de estatura y un saque que sobrepasa los 220 kilómetros, Nicolás Jarry sorprendió al mundo del tenis con dos semanas gloriosas en Brasil, donde alcanzó semifinales en el ATP 500 de Río de Janeiro, cayendo ante su némesis Diego Schwartzman, y final en Sao Paulo, en la que se inclinó ante el talentoso italiano Fabio Fognini en un dramático encuentro que se extendió al máximo de sets.
Mostrando una mentalidad inusual para un deportista chileno de su edad, y con un juego de fondo que destaca por su agresividad y velocidad de pelota, Jarry en cinco meses volvió a situar al tenis nacional en el primer orden mundial y de paso contagió al país con una fiebre tenística que parecía extinguida tras los retiros de Massú y González
Tal ha sido su impacto, que el propio número uno del mundo Rafael Nadal destacó sus cualidades en la previa de su estreno en Madrid. "Sé que ha ganado partidos de buen nivel, tanto en Latinoamérica como acá. Sé que es joven y que tiene camino por recorrer. Tiene un servicio muy potente y está mejorando", agregó el tenista de 31 años, ganador de 16 Grand Slams.
Y las palabras del manacorí no son antojadizas. Jarry es el jugador que más partidos ha ganado esta temporada en arcilla (14), incluso superando al propio Nadal en ese registro, y ha acumulado resonantes triunfos ante especialistas como el español Albert Ramos, el uruguayo Pablo Cuevas y el argentino Nicolás Kicker, en la Copa Davis disputada en San Juan.
Estos impresionantes números, sumado a la competitividad mostrada frente a jugadores de la talla de Pablo Carreño y el citado Fognini, hacen esperar con optimismo lo que pueda hacer el chileno en Roland Garros, el segundo Grand Slam de la temporada que arranca el próximo 21 de mayo.
Sin el desgaste físico y sicológico que representa jugar las clasificaciones, Jarry tendrá en París la oportunidad de ganar su primer partido en un "grande" y de paso dar el gran salto frente a todos los ojos del planeta tenis. Eso sí, todo dependerá de cómo evolucionen sus molestias en el brazo y de su suerte en las clasificaciones de Roma, las que arrancan este fin de semana.
Pero la realidad es que el "Príncipe" será de esos rivales que todos los sembrados querrán evitar, en una muestra del nuevo status que goza el nuevo referente del tenis nacional.