La columna de Manfred Schwager: Los momentos
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Hay jugadas que terminan resumiendo la carrera de un jugador. Que son el primer video que aparece cuando los buscas en Youtube: el tiro de Michael Jordan contra Utah en 1998, los ocho puntos en nueve segundos de Reggie Miller, el triple de Ray Allen que le dio vida a Miami en 2013.
También hay jugadas que se convierten en icónicas, pero por la razón opuesta: errores en momentos clave que terminan significando una derrota en un partido o, peor, un segundo lugar en el campeonato. J.R. Smith lo sufrió el jueves por la noche, en el primer partido de estas finales de la NBA.
Esta secuencia bien puede marcar la diferencia de toda la serie. Para Cleveland robar el primer partido, jugando además como visitantes, habría sido un golpe anímico y de efecto gigante en una definición a la que llegaron como el equipo menor. Con menos favoritismo incluso que en cualquiera de las otras tres finales en que ya han enfrentado a Golden State.
Como en toda esta temporada, los Cavaliers necesitaron cada gota de lo que les entrega LeBron James para mantener a raya a los Warriors. 49 de sus 51 puntos llegaron en el tiempo regular: casi la mitad de las canastas de su equipo, un esfuerzo que se ha convertido en necesidad para que Cleveland sea competitivo.
The play that decided Game 1. pic.twitter.com/e1UeOv57Rn
— ESPN (@espn) 1 de junio de 2018
Porque sólo dos de sus compañeros superaron la barrera de los dos dígitos en este juego 1: el retornado Kevin Love, por mucho el segundo mejor jugador de Cleveland, que anotó 21 y además sumó 13 rebotes, y el ya mencionado Smith que aportó diez canastas. Muy poco apoyo para King James en una serie que siempre se vio cuesta arriba.
La famosa alza de los terceros cuartos de Golden State, en que durante la temporada lograron encaminar muchos partidos, no fue tan efectiva en esta ocasión. Una señal ya repetida para los campeones vigentes de la NBA a la que deben estar muy atentos: confiar en su plan de juego no debe llevarlos a confiarse que siempre les resultará.
Si bien es cierto que cinco Warriors superaron esa barrera de los diez puntos, donde cuatro de ellos son los titulares que llevan el peso del equipo –Steph Curry, Klay Thompson, Kevin Durant y Draymond Green-, el entrenador Steve Kerr debe haber tomado buena nota de cómo sus rivales fueron contestando canasta contra canasta, al punto de llegar a esos últimos segundos de juego apenas con un punto de ventaja.
Que George Hill, un tipo que promedia 80 por ciento de aciertos en tiros libres, fallara el segundo de sus intentos con el marcador igualado a 107, es algo que puede pasar en el deporte. El nerviosismo, la presión, el hostigamiento de la hinchada local, son algunos de los factores que pueden haber incidido en que no lograra la canasta del triunfo en ese momento.
Sin embargo, la imagen que quedará en la memoria será la mala decisión de J.R. Smith cuando capturó ese rebote. Apenas un momento dentro de un partido, pero que alteró la dinámica con que se jugó el tiempo extra, y que puede marcar la diferencia a la hora de definir el campeonato.