Entre Dublín y Puerto Ordaz

Publicado:
Autor: Cooperativa.cl

Los problemas de disciplina otra vez complican a la selección. Jugadores a deshora, armando escándalo y enfrentándose con la seguridad del hotel abren una nueva polémica. Como si no bastara, Nelson Acosta se cansó de esperar un "10" que asuma, cabalmente, sus funciones.

Llévatelo:

Por Aldo Schiappacasse desde Venezuela.

 

Escribo tarde porque fue una mañana agitada.

 

Tratamos de averiguar fehacientemente qué pasó la noche aquella de la clasificación a la segunda ronda, donde la selección viajó en su charter de regreso de Puerto La Cruz a Puerto Ordaz, mientras el periodismo debía hacerlo por tierra o quedarse –como en nuestro caso- en la sede del partido.

 

El bar "Trío" es uno de los bares más fashion y elegantes de Puerto La Cruz. Allí van las chicas más bellas, y la gente más encopetada a bailar, a tomarse unos tragos y a pasarla bien. Algunos jugadores de la selección chilena, haciendo uso de las horas de franco que les había otorgado el "calvo estratega", dirigieron sus pasos hacia ese lugar, lo que en sí no es pecado, ni falta, ni delito. Es el uso libre de las horas de franco.

 

El problema está en que varios de los integrantes del plantel no regresaron a la hora estipulada por el técnico, sino bastante más tarde (o más temprano, como se le mire). Y haciendo escándalo. Hubo reportes de daños en algunas piezas del hotel, enfrentamientos con el personal de seguridad y también con la custodia oficial de la Copa América.

 

Si estamos retrasados es porque –tras recabar por distintas vías las opiniones del entrenador, de la dirigencia y de algunos jugadores- las versiones diferían ostensiblemente con las del personal del Mara Inn. Y el asunto es de extrema gravedad si se atienden las denuncias del personal que atendía a la hora de llegada del grupo de los rezagados.

 

Después de lo de Dublín, las cosas parecían estar claras dentro de la selección. Y aprendidas por quienes fueron sancionados en ese incidente. Ayer hubo reprimenda para los jugadores antes de la charla, y los dirigentes han solicitado a algunos enviados especiales bajarle el perfil al tema para no restar posibilidades deportivas antes del duelo de cuartos de final ante Brasil.

 

Pero ya es un hecho de la causa. Pasó algo. Lo que se sigue debatiendo es la cuantía y las consecuencias, que, de ser efectiva la versión local, podría terminar incluso con intervención policial.

 

Eso lleva a segundo plano la otra gran novedad de la jornada. Tal cual lo había anticipado Juan Esteban Véliz en las emisiones del programa, es probable que Nelson Acosta –cansado de esperar la "lesión" de Valdivia y la fragilidad de Fernández- decidiría jugar sin un "10" ante los brasileños, debido a que considera que Villanueva sucumbió ante la marca atosigante de los mexicanos.

 

Eso, al margen de ser un golpe en la mesa por rendimiento y también por estructura mental de los volantes chilenos (que no han sabido asumir su liderazgo en esta escuadra) significaría un distanciamiento aún mayor entre los jugadores y el técnico.

 

Y la encrucijada volverá a ser la misma. Estar con los jugadores o con el técnico. Lo que es un hecho es que esta Copa América, aparentemente cerrada en el análisis técnico y directivo, vuelve a abrir una brecha en la zona más frágil: la disciplina, la madurez, la lucha entre jugadores inmaduros y un entrenador en constante evaluación.

 

Mala cosa. Que justifica cualquier retraso.

LEER ARTICULO COMPLETO

Suscríbete a nuestro newsletter