La Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), en conjunto con el Programa de Seguridad en Espectáculos Futbolísticos (Prosef) de Argentina, decidió que los partidos entre Boca Juniors y River Plate por la semifinales de la Copa Libertadores sólo albergarán a aficionados del cuadro que haga de local en cada partido.
Los hechos de violencia ocurridos en el último tiempo en el fútbol trasandino llevaron al Prosef, que preside el ex árbitro Javier Castrilli, a pedir que los encuentros fijados para el 10 y 17 de junio, entre los equipos más populares de Argentina, se disputaran en horario diurno.
La medida no estaba contemplada en los contratos de la Conmebol con la cadena Fox Sports que transmite por televisión el certamen, por lo que, tras varias reuniones, los clubes acordaron jugar de noche, pero sólo con la asistencia de hinchas del equipo local en las tribunas.
El partido de ida se disputará en el Estadio La Bombonera, de Boca Juniors, y el de vuelta en el Monumental, de River Plate.
El cuadro xeneize tiene como baja a los mediocampistas Diego Cagna, Matías Donnet y Nery Cardozo, lesionados. En tanto, se espera la recuperación del lateral Clemente Rodríguez, quien el jueves sufrió un golpe en la pierna izquierda durante un entrenamiento.
El entrenador boquense, Carlos Bianchi, pidió al delantero Raúl Estévez, quien debía incorporarse en calidad de préstamo a Botafogo de Brasil esta semana, que se quede en el plantel por cuatro semanas más.
Los dirigentes de Boca Juniors desmintieron una versión según la cual el ex presidente de Valencia Francisco Roig aseguró el fichaje del delantero Carlos Tévez, en caso de que gane las próximas elecciones del club español.
River Plate, por su parte, no contará en el primer partido de las semifinales con el atacante chileno Marcelo Salas, quien se recupera de un desgarro en el muslo izquierdo, pero es posible que pueda actuar en la revancha. (EFE)