Ley SAD: algunos ejemplos de dulce y agraz en Europa

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Autor: Cooperativa.cl

Constantemente se escucha que las S.A. en el fútbol no son la panacea, y la experiencia en las competencias más desarrolladas del mundo da muestra de ello con grandes resultados como el de Chelsea, o grandes fracasos como Real Sociedad en España.

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Durante la década de 1990 la mayoría de los equipos de las principales competencias de Europa se convirtió a Sociedad Anónima, y en la actualidad el balompié del Viejo Continente es uno de los máximos espectáculos a nivel mundial.

 

La Liga Premier inglesa tiene dos ejemplos exitosos de clubes que son Sociedades Anónimas y cuentan con capitales internacionales: Chelsea y Manchester United.

 

El club de Stamford Bridge es controlado casi en su totalidad por el magnate ruso Roman Abramovich, quien ha invertido sumas exorbitantes para reforzar al club -con el técnico portugués José Mourinho a la cabeza- y tenerlo como bicampeón de la Premiership y constante candidato en la Liga de Campeones.

 

El volante alemán Michael Ballack, el delantero marfileño Didier Drogba o el atacante ucraniano Andriy Shevchenko son algunos de los millonarios nombres con que cuenta el elenco londinense, que en la actualidad pelea por los primeros puestos de Inglaterra y nuevamente es favorito en la Champions.

 

Otro caso es el de Manchester United, que tras abrirse al mercado quedó con casi la totalidad de sus acciones en poder del estadounidense Malcolm Glazer, quien lo sacó de la Bolsa de Londres y lo convirtió en una de sus empresas, al igual que el caso de Abramovich con Chelsea.

 

La hinchada de Old Trafford ve con tristeza que el equipo de sus amores se convirtió en propiedad de una persona que jamás ha estado en el estadio del club, pero la institución incluida entre las más rentables del mundo hoy es líder en Inglaterra y busca recuperar el terreno que perdió en los últimos años.

 

Una muestra gráfica del actual momento de Real Sociedad SAD. (Foto: EFE)

Mientras en estos equipos británicos los resultados deportivos son buenos, más allá del maquiavelismo con que actúan sus dueños y las críticas de sus seguidores, un ejemplo de mal rendimiento se puede encontrar en España, donde los grandes protagonistas no son S.A.

 

En los 1990 los clubes de la liga española debieron convertirse para afrontar la delicada situación económica, y sólo Athetic de Bilbao, Barcelona, Osasuna y Real Madrid se mantuvieron como corporaciones, con los consiguientes buenos resultados para los catalanes y los "merengues".

 

Y entre las Sociedades Anónimas el ejemplo negativo en la actual competencia ibérica lo encarna Real Sociedad, ya que el elenco en el que juega el arquero chileno Claudio Bravo es colista con sólo dos puntos en nueve fechas disputadas.

 

En el prestigioso fútbol de Italia, SS Lazio se salvó de perder la categoría en marzo de 2005 luego que su presidente, Claudio Lotito, invirtiera 21 millones de euros para la inscripción del equipo en la Serie A, tras hacerse con el 30 por ciento del accionariado de la entidad.

 

El ex conjunto de Marcelo Salas estuvo al borde de la desaparición por su deuda con la Agencia Tributaria italiana, y se salvó de la quiebra que lo acechó desde que en 2003 se derrumbó su antiguo propietario, el fraudulento consorcio Cirio.

 

Similar fue el caso de Fiorentina, que desapareció como tal por quiebra económica y cayó a la Serie C-2 (última categoría profesional) con el nombre de "Florentia Viola".

 

Juventus celebró en la temporada 2005-2006, pero el fraude deportivo la dejó sin sus dos últimos títulos. (Foto Archivo: EFE)

El ex club de Luis Jiménez ascendió por méritos deportivos (de la C-2 a la C-1), y luego -tras recuperar su antiguo nombre luego que su nuevo dueño lo comprara- llegó a la Serie B gracias a la ampliación de la competencia. Finalmente, tras ganar un desempate con Perugia ascendió nuevamente a la máxima división del calcio.

 

En la actualidad, Juventus es otro ejemplo de mala administración deportiva, ya que el club se encuentra en la Serie B luego que su director general estuviera implicado en un fraude por arreglo de partidos, y actualmente lucha por recuperar el terreno perdido.

 

Ejemplos hay muchos, y dejan en claro que la nueva forma de administración que comenzará a regir al fútbol chileno no asegura el éxito deportivo, pero al menos clarifica la administración de los clubes y da un marco regulatorio para que el triste espectáculo de equipos amenazando con no jugar, o planillas firmadas sin el pago de los sueldos no se repita. (Cooperativa.cl)

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