Por Claudio Riquelme desde Japón
Desde que llegó a Japón la roja mundialista ha utilizado el tren bala como medio de transporte entre una ciudad y otra. La línea Shinkansen posee un servicio de primera y permite recorrer una distancia similar a la que hay entre Santiago y Concepción en apenas dos horas y media.
El tren bala se transformó en el medio de trasnporte de los sub 20 en Japón. (Foto: Claudio Riquelme) |
Cuando a los jugadores les hablaron acerca del tren bala de Japón, más o menos se imaginaron lo que verían. Todos esperaban un medio de transporte moderno y de gran velocidad, pero la verdad es que hasta las más altas expectativas se quedaron cortas ante el deslumbrante Shinkansen. La línea tiene dos tipos de trenes. El que utilizó Chile fue el Kodama, que desarrolla una velocidad promedio de 230 km/h y alcanza una máxima de 270 km/h y la otra variante del servicio es el tren Hikari que parece estar a punto de descarrilarse cuando llega a los 300 km/h.
Mientras algunos jugadores esperaban la llegada del tren, un hombre vestido de uniforme azul se les acercó vociferando palabras en japonés a través de un micrófono inalámbrico. Claro, era el encargado de seguridad que les pedía que no se acercaran demasiado a la línea amarilla que delimita el lugar donde se puede esperar la llegada de la máquina. Fue el mismo hombre quien después se encargó de que la gente subiera rápido antes de asegurarse personalmente de que las puertas se cierrren de forma correcta.
La puntualidad del servicio es impresionante y así lo comprobó la escuadra chilena. "Si el anuncio dice que un tren parte a las 14:34, un minuto antes llega a la estación y efectivamente al cumplirse la hora señalada el tren cierra sus puertas y parte. Es increíble dijo el zaguero Edson Riquelme.
Además, el calendario de salidas está programado para todo el año, por lo que se puede comprar un boleto con mucha anticipación, o incluso a minutos de salir si todavía hay asientos disponibles. La compra del ticket se puede hacer en las boleterías de cada estación o a través de algunas personas que se dedican a comprarlos y ofrecerlos en máquinas ubicadas en distintas ciudades, claro que ahí, el boleto tiene un pequeño recargo.
Chile viajó con el sistema de asiento reservado, o sea con un número que asegura la ubicación dentro del vagón. Pero también existe el asiento libre, que tiene un precio menor y en el cual uno se puede sentar si hay espacio disponible, pero si el tren está completo tendrá que viajar de pie.
Las puertas entre vagones son todas automáticas, se abren cuando uno está a centimetros de ellas. A bordo hay un servicio de comidas que a tráves de un carro que recorre los vagones ofrece diversas alternativas de alimentos a los pasajeros. Claro que el servicio se caracteriza por tener básicamente preparaciones japonesas como sushi, oyakodon (arroz con huevo, carne de cerdo y vegetales) sandwiches y bebidas frías o calientes. El precio de los alimentos es un poco más caro que afuera de las estaciones, pero es muy usual que la gente almuerce durante el viaje, aunque en el caso del plantel chileno no fue así, pues han estado sometidos a una dieta totalmente occidentalizada.
Cada vagón tiene 100 asientos, por lo que un tren puede trasladar a más de 1200 personas sin problema. Como todos los servicios, los baños también son modernos y los hay en dos variantes; los de tipo japonés, (con un agujero en lugar de excusado) y los occidentales, que prefirieron los jugadores chilenos, por cierto. Por otra parte y como era esperable en el país de las telecomunicaciones, cada tren está equipado con un par de teléfonos públicos en los que se puede generar y recibir llamadas durante el viaje.
Así pasaron las dos horas y media que demoró el viaje de la sub 20 entre las estaciones de Shinagawa y Mikawa- Anjo en el viaje de ida y regreso entre las ciudades de Narita y Nagoya, Razones para asombrarse había de sobra para el plantel nacional, pues las comparaciones son inevitables y la verdad es que el Shinkansen es sencillamente envidiable.