La columna de Rodrigo Goldberg: Entrenamiento con público

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Autor: Cooperativa.cl

El comentarista de Al Aire Libre analizó el amistoso de Chile frente a Rumania.

La columna de Rodrigo Goldberg: Entrenamiento con público
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Por Rodrigo Goldberg, @Polaco_Goldberg

Una mirada simplista del partido de Chile podría arrojarnos un análisis algo desviado. Pensar sólo en el resultado no permitiría ver la real intención de Reinaldo Rueda en este proceso. Importa, porque nunca es bueno perder, pero el desglose del partido necesariamente pasa de lo colectivo a lo individual.

Rueda insiste con su esquema habitual donde destaca una línea defensiva que busca solidez y juego aéreo, pero también salida limpia. En este último aspecto falta mucho crecimiento y madurez. Aplaudo la intención de salir jugando cada vez que se pueda, pero existen minutos en que la salida larga sirve para descongestionar y reordenar el equipo.

A pesar de algunos errores evidentes me gustó ver a Gonzalo Collao en el arco. Tiene pasta, ganas y personalidad. Jugar con centrales que no conoce lo traiciona en las salidas, aun así me encantaría seguir viéndolo.

Si pasamos al mediocampo el claro que el técnico colombiano pretende un equipo fuerte que sea capaz de dominar el juego en todas sus fases, para esto necesita de manera indefectible un mediocampo que sepa controlar los tiempos del juego. Primero recepcionando desde atrás para luego apoyar a creación. En este aspecto Gary Medel y Lorenzo Reyes asoman como ideales aunque todavía con una entendible falta de coordinación, sin embargo el aporte de Diego Valdés queda en entredicho cuando no encuentra la posición correcta.

Tanto Gary como el volante de la U están acostumbrados a romper hacia delante y buscar la triangulación ofensiva. Hubo pasajes donde Valdés aparecía en la línea de carrera siendo más un obstáculo que un apoyo. La transición ofensiva parte de los mediocampistas defensivos. Creo que el ex Audax tiene mucho potencial como enganche, pero es imperioso que Rueda determine primero su radio de acción y, segundo, las responsabilidades que debe tener.

Hacer de todo te lleva muchas veces a no hacer nada. Lo mismo para Martín Rodríguez que se prodigó en esfuerzos por recuperar el balón. Meritorio. Pero prefiero que desborde 10 veces por tiempo a que recupere 5 balones. Si hace las dos fantástico, pero el gran desgaste debe ser necesariamente en tu mayor virtud.

En un resumen futbolístico sigo esperando ver más. En un proceso tan largo y a veces tedioso. Claro, porque muchos de estos nombres no los volvamos a ver en el futuro cercano, por tanto la mirada debe estar enfocada en la idea más que en el nombre propio.

Para cerrar, y no por esto menos importante, las impresentables condiciones del partido. La selección chilena tiene un prestigio mundial muy bien ganado (a pesar de no ir a Rusia) y no puede permitirse jugar en un estadio que no garantiza la seguridad de los jugadores. Hinchas tras los letreros de publicidad son pasto fértil para que aparezca un descerebrado y ataque a un futbolista. Más increíble aún la razón que esgrime Arturo Salah aduciendo que “de haberse tratado del plantel titular (léase los históricos) no lo hubiéramos permitido”.

Lo de Chile fue un entrenamiento con público, muy alejado de lo que vivimos en los últimos años. Sin seguridad y con precarias condiciones para una transmisión televisiva.

No ir al Mundial no significa aceptar cualquier cosa.

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