Además de enfrentarse a los 3.660 metros sobre el nivel del mar y a la menor cantidad de oxigeno para consumir, esta vez la selección chilena tendrá adicionalmente varios otros rivales.
Por José Antonio Prieto, desde La Paz.
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Ya estamos en Bolivia preparándonos para la cobertura del partido clasificatorio para el Mundial 2010. Mientras Marcelo Bielsa y Erwin "Platini" Sánchez esconden sus entrenamientos a millones de seguidores del fútbol, en el vuelo rumbo al altiplano, Carlos Caszely no ocultó nada de su combate con Eduardo Bonvallet y explicó una y cien veces los dos combos que dijo haberle dado.
Ya entrando al partido, debo decir que jugar en La Paz nunca será sencillo. Además de enfrentarse a los 3.660 metros sobre el nivel del mar y a la menor cantidad de oxigeno para consumir, esta vez la selección chilena tendrá adicionalmente varios otros rivales.
Primero, está la euforia local luego de ganar la batalla que dio Bolivia como nación ante la FIFA para poder seguir jugando en La Paz. Fue un triunfo conseguir la autorización "provisoria", pero una esperanza y una oportunidad que justo calza con el partido frente a Chile.
Segundo, la presencia del atacante Marcelo Martins. Tiene 20 años y todos esperan que marque una época con la selección verde. Fue transferido desde Cruzeiro a Schaktar de Ucrania en 14 millones dólares, récord absoluto en transferencias para bolivianos. Martins eligió jugar por Bolivia y no por Brasil donde alcanzó a ser seleccionado sub 20. Junto con Juan Carlos Arce y Joaquín Botero son delanteros de un nivel destacado.
Tercero, la disciplina del "europeo" Erwin Sánchez. El técnico boliviano jugó por 15 temporadas en Portugal y esa influencia se nota en los conceptos que transmite. Pretende un fútbol con mucho ataque jugando donde sea. El fue un talentoso y gusta del buen trato de la pelota. Se lo asocia con el vasco Xavier Azkargorta, ya que fue uno de los jugadores emblema de la selección boliviana que clasificó por única vez a una Copa del Mundo en '94.
Muchos se preguntarán porque no mencioné el factor anímico de jugar frente a Chile, país que los dejó sin mar, y que siempre eleva las pasiones. Pero esta vez la cercanía de los gobiernos de la Bachelet y Evo Morales ha desviado todo hacia lo que pasará en la cancha.
Hoy viernes todos los climas están muy agradables: el cielo muy despejado permite disfrutar del imponente volcán Illimani, y en el fútbol, todos apuestan a un partido con dos selecciones jugando al ataque. Ojalá no llegué una tormenta.
