El árbitro ruso Valentin Ivanov afirmó que el partido entre Portugal y Holanda por los octavos de final del Mundial de Alemania 2006, en el que mostró 16 tarjetas amarillas y cuatro rojas, fue el más violento y difícil de su carrera profesional.
"Desde el punto de vista de la violencia, ese fue el partido más difícil de mi carrera", manifestó el juez en una entrevista al diario Izvestia, en la que rechazó las acusaciones de haber perdido el control del juego y de no responder a la altura del encuentro.
"Juzgaba en función de lo que lo que veía, de cómo entendía esas acciones", señaló Ivanov, quien precisó que no tuvo tiempo de ver la grabación del partido para decidir si debía revalorar su actuación
en algún incidente.
Ivanov, criticado por la FIFA y defendido por la Unión de Fútbol de Rusia (UFR), señaló que la extrema agresividad mostrada por ambos equipos "se debe a que era un partido eliminatorio, tras el que unos se quedan y otros se van a su casa".
"Resulta difícil explicar por qué el juego se vuelve de repente grosero, pero ocurre, sobre todo en partidos cruciales", señaló el árbitro ruso.
También rechazó el reproche de que debía expulsar a Luis Figo en vez de mostrarle la cartulina amarilla, por un cabezazo contra Mark van Bommel.
"Justo ese episodio no lo vi, pues ocurrió a mis espaldas. Los asistentes me dijeron que Figo había empujado a un holandés y que era tarjeta amarilla. Y la mostré", explicó.
El juez explicó que exhibió la segunda cartulina amarilla a Deco porque éste "sujetaba la pelota y no la entregaba, a pesar que a los holandeses les correspondía sacar de balón detenido. En tales casos es mi obligación mostrar la tarjeta. Deco lo sabía muy bien, y también sabía que ya tenía una amarilla", indicó.
Finalmente, Valentin Ivanov señaló que ningún representante de la FIFA se ha puesto en contacto con él para comentar su actuación, y dijo no saber "nada por ahora" sobre si le permitirán arbitrar otro partido en este Mundial, a la espera que el comité defina este miércoles a quiénes seguirán como jueces para las fases venideras.
El presidente de la FIFA, Josep Blatter, acusó al juez ruso de no haber estado "a la altura del partido" entre Holanda y Portugal, y opinó que su arbitraje en ese encuentro "mereció tarjeta amarilla".
Ante esto, el presidente de la UFR, Vitaly Mutkó, salió en defensa de su compatriota y dijo a Izvestia que las declaraciones de Blatter "no tendrán consecuencias fatales para Ivanov".
"Hay que saber cómo se mueve por dentro la organización que dirige Blatter para entender los motivos de esas declaraciones. Es pura política: tenía que decir algo para quedar bien con los portugueses, y lo dijo", manifestó el presidente de la UFR. (EFE)