En medio de la euforia que se vive en Francia por la clasificación de los galos a la gran final del Mundial de Alemania 2006, el técnico de los bleus, Raymond Domenech, confesó que sólo la unidad del plantel evitó una catastrófica presentación e instaló al equipo en la definición por el título.
El DT de los franceses admitió que las constantes críticas de la prensa influyeron como "un cuchillo en la garganta" presionando a los jugadores ha superar la magra campaña que se vivió en el Mundial de Corea y Japón 2002, donde no se pasó la primera fase.
"La cuestión era que, o lo hacíamos juntos o perecíamos rápidamente", señaló Domenech, quien además adelantó que la final con Italia será la prueba de fuego, pero que está confiado en repetir la final de la Eurocopa 2000 donde vencieron en la final por 2-1 a los "azurros".
Pese a que cinco titulares de Francia superan los treinta años y que jugarán contra Italia su séptimo partido en cuatro semanas, Domenech piensa que la edad no influirá en el partido.
"Puede que estén cansados, pero jugar la final te da alas. Lo que marcará la diferencia es la fe, y ellos la tienen", dijo el técnico.
Finalmente, Domenech se refirió a la despedida de Zinedine Zidane, e insistió en que de ningún modo afrontan el partido como el último del capitán galo, sino como la vía para conquistar el segundo título.
"Desde el comienzo del torneo los jugadores han demostrado que esto no es una fiesta de despedida sino la Copa del Mundo. Esta será la final del Mundial y eso es exactamente lo que quieren que sea", explicó el DT de los bleus. (EFE)