El presidente francés, Jacques Chirac, rindió este lunes un homenaje particular a Zinedine Zidane al colmarlo de elogios durante la recepción a todos los jugadores de la escuadra gala, luego de la derrota en la final del Mundial de Alemania 2006 a manos de Italia.
Chirac recibió en el Palacio del Elíseo a los futbolistas y al cuerpo técnico de la selección, y durante su discurso manifestó a Zidane el "respeto, la admiración y la afección", en nombre de todo el país, "en el momento más intenso, tal vez en el momento más duro de su carrera", aludiendo a la tarjeta roja que vio el domingo tras golpear a Marco Materazzi.
"Es usted un virtuoso, un genio del fútbol mundial. Es también un
hombre de corazón, de compromiso y de convicción, y por eso Francia lo admira y lo quiere", afirmó el presidente durante su breve alocución en los jardines del Palacio, poco antes de ofrecer un almuerzo en honor de los futbolistas.
Al conjunto de la selección, le agradeció por "habernos hecho vivir momentos inolvidables" y por dar a la nación "una inmensa felicidad y también un inmenso orgullo".
"Mostraron calidades excepcionales y, antes que nada, el espíritu de equipo fue el muro contra la duda al comienzo de la competencia", señaló en alusión al bajo nivel mostrado durante la fase grupal.
Pese a las dudas que dejó en el inicio del Mundial, con una actitud pragmática y por momentos ultradefensiva, Chirac destacó al técnico Raymond Domenech, y lo calificó como un "formidable arquitecto de este magnífico resultado".
El único de los jugadores que no asistió al acto del Elíseo -al que también acudieron muchas de sus parejas- fue el portero Fabien Barthez.
La llegada del autobús de los futbolistas desde el aeropuerto de Roissy Charles de Gaulle hasta la residencia presidencial estuvo rodeada por una gran expectación y fue transmitida en directo por la televisión pública.
Una vez concluido el almuerzo en el Elíseo, los jugadores se trasladaron hasta un hotel de lujo en la plaza de la Concordia para recibir el saludo de los aficionados, que se fueron concentrando desde la mañana europea para saludar a sus jugadores.
Domenech descartó un desfile por los Campos Elíseos, por considerar que eso sólo tenía razón de ser si Francia hubiera ganado el Mundial de Alemania. (EFE)