En su primera referencia al incidente que le costó la expulsión en la final de Alemania 2006, por golpear al defensa italiano Marco Materazzi con un violento cabezazo en el pecho, el francés Zinedine Zidane ofreció disculpas por su gesto violento, pero lo defendió por tratarse de una respuesta a una "muy dura" provocación.
El retirado capitán de la selección francesa fue más allá, y señaló que exigirá sanciones contra Materazzi, ya que él fue quien generó todo el escándalo que empañó la gran final del Mundial, que Italia se adjudicó mediante lanzamientos penales.
"Lo que deseo decir es que se habla siempre de la reacción, que es inevitablemente castigable y se debe castigar, pero si no hay provocación, no puede haber una reacción. Es necesario sancionar al verdadero culpable, y el culpable, es él (Materazzi), que provoca", aseguró Zidane en una entrevista al Canal+, uno de sus patrocinadores.
Zinedine Zidane se disculpó ante la afición francesa y el mundo del fútbol por el cabezazo sobre Materazzi, pero aclaró que no puede arrepentirse de lo que hizo, porque eso sería "darle la razón" al jugador italiano.
"Me disculpo ante los niños que han visto eso. Mi gesto no es perdonable y por supuesto que no se debe imitar. Deseo decirlo alto y fuerte porque fue visto por dos o tres mil millones de telespectadores, y millones y millones de niños", declaró.
"Pero no puedo lamentar mi gesto, ya que eso querría decir que él tenía razón al decir todo eso. Y no, no tiene razón para decir lo que dijo. No basta con sancionar siempre la reacción", subrayó.
Consultado sobre el contenido exacto de los dichos de Materazzi, que originaron su violenta reacción en la final de Alemania, Zidane indicó que "eran cosas muy personales. Eso afecta a la madre, a la hermana. Lo escuchas una vez, e intentas irte. Es lo que hago, porque yo en realidad me voy. Pero lo escuchas dos veces, y luego la tercera vez...", comentó, para luego explicar paso a paso lo que sucedió en el Olímpico de Berlín.
"Había roces entre los jugadores. Así es el fútbol, es de esa manera desde siempre, más en una final de Copa del Mundo. Es justo en ese momento en cuando (Materazzi) me tira de la camiseta. Le digo que deje de tirarme. Que si la quiere, se la cambio al final del partido", relató.
"Entonces él dice unas palabras, palabras que son muy duras, a veces más que los gestos, y las repite varias veces. Es algo que, en cualquier caso, se hace muy rápidamente, pero son palabras que me afectan en lo más profundo", sostuvo.
Por esto es que el flamante mejor jugador del Mundial, cuyo reconocimiento puede peligrar dependiendo de la investigación disciplinaria que la FIFA solicitó sobre el incidente de la final, subrayó la defensa de su violento accionar sobre el zaguero de AC Milan.
"¿Es que creen ustedes que en un final de la Copa del Mundo, cuando estoy a 10 minutos del final de mi carrera, yo voy a hacer un gesto como ése sólo porque me causa placer?", enfatizó. (Agencias)