Campeona paralímpica Marieke Vervoort espera fecha para la eutanasia: No quiero sufrir más
La deportista belga se encuentra internada en Bruselas.
La deportista belga se encuentra internada en Bruselas.
La atleta belga campeona en los Juegos Paralímpicos de Londres 2012 Marieke Vervoort, quien además logró medalla de plata en los Rio 2016 en la clase T52 de carreras en silla de ruedas, se encuentra a la espera de una fecha para su eutanasia, que es legal en Bélgica.
Internada en el Hospital Universitario de Bruselas, capital de Bélgica, a causa de una dolencia degenerativa que paraliza sus piernas y que le impide dormir por más de 10 minutos, señaló que su idea es dejar de sufrir.
"No quiero sufrir más. Está muy difícil para mí. Cada vez me deprimo más. Nunca tuve estos sentimientos, lloro mucho. Ahora, hasta mi visión está desapareciendo", dijo Vervoort en diálogo con The Telegraph.
"Un oculista dice que no hay nada que pueda hacer, porque el problema es con mi cerebro. Además, un neurólogo debió quedarse conmigo toda la noche debido a que tuve un espasmo tras otro. Dijo que no era una crisis epiléptica... y gritaba 'tengo tanto dolor, estoy acabada'", dijo al medio británico.
La deportista, destacada en su país como la segunda figura detrás del jugador de Manchester City Kevin De Bruyne, publicó su autobiografía y quiere que sea traducida al inglés para "inspirar al mayor número posible de personas".
De acuerdo a la explicación del artículo, cada detalle de su muerte fue pauteado. Escribió cartas personalizadas a todas las personas que le importan e incluso quiere que liberen palomas blancas durante su funeral. Pese a todo eso su pensamiento es negativo: "Si hubiese un dios, debe ser malo para castigarme así".
Marieke, de 38 años, era una mujer activa hasta que comenzó a sentir dolores en el tendón de Aquiles que le obligaron a caminar en la punta de sus pies. Luego, sus piernas pararon de funcionar completamente. En pocas palabras, está siendo destruida desde abajo hacia arriba.
En Bélgica la eutanasia está regulada por ley y se necesita el visto bueno de tres doctores para permitirlo. En el caso de Vervoort, el médico Wim Wistelmans será encagardo de la inyección letal.
"El me salvó la vida. Si no estuviese aquí, me habría matado. Es muy difícil conseguir una fecha, siempre que les hablo, me dicen: '¿Estás segura, Marieke? ¿Realmente estás segura?'", comentó.