Por José Arnaldo Pérez, enviado especial a Australia japerez@cooperativa.cl
Nicolás Massú, con un desafío más que duro ante el serbio Novak Djokovic, quien no sólo está como 14º sembrado, sino que es uno de los jugadores que ha experimentado un gran ascenso en el último tiempo, será el primer chileno en dar la cara en el abierto de Australia.
No obstante, nuestro "Vampiro de Hierro" está muy conciente que este inicio de temporada lo siente muy positivo y lleno de ansias de triunfo. No es que con eso estemos pronosticando un segundo Atenas, ni mucho por el estilo. Pero como el propio Massú dijo "esto es un Grand Slam y si quiere ganarme debe saber que tendrá que estar en cancha por lo menos tres horas".
El aliento de los chilenos, presente incluso en los entrenamientos de Nicolás Massú. (Foto: José Arnaldo Pérez). |
Y aunque Massú en su habitual costumbre de no hablar del cuadro y proyectarse ante eventuales rivales, asume que de saltar este escollo la confianza que ganaría sería mucha y entraría en un ritmo que lo puede catapultar lejos.
¿Como para pensar en Federer en cuarta ronda? Bueno, eso lo pongo yo, ya que Nicolás Massú es de partido a partido. Y mejor así, porque de esa forma fue como cimentó sus épicas actuaciones. La cita está lanzada entonces, en el cuarto turno de la arena Margarita (Margaret Court Arena si nos apegamos al libreto australiano) a eso de las 05:30 de la mañana de Chile. Para empezar bien el día quizás. Y obvio, para comenzar bien el torneo para los nuestros.
En cuanto a Fernando González, al chileno el domingo se le vio en una verdadera batalla en las prácticas: misil para allá, bomba para acá; torpedo de ida, cohete de vuelta.
Claro, si su compañero ocasional de entrenamiento era el croata Ivan Ljubicic. Cuanta potencia en los golpes de ambos. De hecho los pocos espectadores que estaban en el parque ni comparado de lejos con la avalancha humana una vez se inicie la cita de Melbourne- interrumpían su andar para entrar a las trincheras, perdón a las gradas, a ver esa inmisericorde andanada de demoledores pelotazos. La cancha cuatro fue el epicentro de esas detonaciones.
A González se le ve con ganas, porque tomo muy a pecho lo que le dijo su técnico Larry Stefanky en cuanto a que los Grand Slam fueron su deuda la temporada pasada. "Hice un buen año, pero faltó repetirlo en los Grand Slam, y ahora al llegar a un torneo así lo siento muy motivante, y esa motivación crece con los días".
Paul Capdeville, en cambio, entrenó en la última cancha, esa donde el tren que pasa por los alrededores es un fiel compañero. Y tal vez en esa soledad, bajo la atenta mirada y los consejos de su entrenador Diego Moyano, hay complicidad en saber que el ascenso de nuestra tercera "raqueta" debiera llegar.
Por lo menos ya ganó tres partidos en las rondas de clasificación. Y lo del cuadro si gana puede ser un enorme salto, ya que, reitero, este año de seguro dará pasos. Por qué la fe. Actitud, disposición y hambre son las respuestas, mismas que hoy Capdeville tiene de sobra. (Cooperativa.cl)