La positiva campaña conseguida por el viñamarino en el Movistar Open lo devolvió a instancias finales en un campeonato, algo que no conseguía desde agosto de 2004 cuando conquistó los Juegos Olímpicos de Atenas.
Por Héctor Parraguirre J., enviado especial a Viña del Mar
Nicolás Massú manifestó durante toda la semana que tenía el presentimiento de que podía lograr algo grande en el Movistar Open ATP de Viña del Mar y no estaba equivocado. No sólo llegó a la final, sino que su rendimiento lo instaló nuevamente en instancias decisivas de un campeonato, después de un año y medio.
Desde agosto de 2004, cuando ganó el oro en los Juegos Olímpicos de Atenas, que el número dos de Chile no alcanzaba al menos la última ronda en un torneo. Y para qué recordar el cierre de la temporada 2005, donde acumuló seis derrotas consecutivas en primera fase.
Pero tras un alentador comienzo de temporada en Auckland, donde llegó a cuartos de final e incluso batió al eslovaco Dominik Hrbaty, rival que tendrá esta semana en la Copa Davis, y pese a perder en la vuelta inicial del Abierto de Australia, Massú apareció en la ciudad jardín con ganas de dar el zarpazo.
"Para mí sentirme jugando cada día mejor es importante, sé que no estoy como hace dos años, pero también sé que estoy mil veces mejor que cuatro o tres meses atrás. Eso me motiva", señaló durante la semana el campeón olímpico.
Y empezaron a sumarse las victorias. Se inclinaron ante el viñamarino el brasileño Marcos Daniel (94°), el costarricense Juan Antonio Marín, el español Carlos Cuadrado (308°) y nada menos que el número uno nacional, Fernando González (14°), antes de caer frente al argentino Acasuso en la final.
El repunte de Massú no sólo fue tenístico. En los siete días del Movistar Open se pudo advertir un progreso anímico del chileno. Entrenó con ganas cada vez que debió hacerlo y se preocupó de revisar con su técnico Gabriel Markus detalladamente cada punto de su juego que aún debe mejorar.
Este crecimiento en la moral del viñamarino obviamente también fue notado por su coach, quien piensa que el oscuro capítulo del período postrero de 2005 ya quedó atrás.
"Todo lo que yo vi en 'Nico' en los últimos meses, que me encontré con un 'Nico' con una confianza demasiado baja, muy inseguro con su tenis, muy inseguro consigo mismo, creo que lo ha superado totalmente. Hoy es un jugador que está de vuelta, con un muy buen tenis por momentos; todavía hay momentos en que se pone muy nervioso, pero así es él y creo que mejoró notablemente en estos últimos meses", analizó.
Durante esta semana, Massú tendrá otra prueba para medir su ascendente rendimiento ante el conjunto eslovaco y Markus también está optimista para este nuevo desafío.
"Creo que esto le dio la confianza necesaria a 'Nico' para sentirse seguro en esos partidos de Copa Davis. Hace poco le ganó a Hrbaty en cancha de cemento (en Auckland) jugando muy bien, y creo que tiene grandes chances de ganarle en polvo de ladrillo lógicamente", comentó.
Terminado el match en Rancagua y de vuelta en el circuito, el viñamarino tiene presupuestado ir a Buenos Aires y Acapulco, aunque en medio está la duda de asistir a Costa do Sauipe, en Brasil. Lo ideal para Markus es que su pupilo pueda acumular la mayor cantidad de puntos para seguir ubiendo en el ranking, luego que este lunes avanzara 14 puestos hasta el número 55º, y así conseguir acceso directo a los Masters Series europeos como Montecarlo, Roma y Hamburgo.
"Está cerca, creo que con los próximos meses que va a tener si le va bien y suma algunos puntitos más, va a poder entrar directo", anticipó el entrenador del finalista de su natal Viña del Mar. (Cooperativa.cl)
