Los costos de la hazaña

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Autor: Cooperativa.cl

El épico triunfo de Fernando González ante James Blake tuvo un alto costo para el equipo chileno. No pudo jugar el dobles y los hermanos Bryan tuvieron luz verde para el dos a uno. Ahora debe repetir la hazaña, vencer a Andy Roddick y esperar que Nicolás Massú supere a Blake. ¡Vaya desafío!

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Por Rodrigo Hernández desde California

 

Nadie dijo que iba a ser sencillo. Por el contrario, vencer a domicilio a Estados Unidos y en cancha de pasto es una tarea gigantesca para cualquier y en especial para uno como Chile que tiene escasa experiencia sobre césped y solo dos jugadores de primer nivel. Además de características técnicas poco aptas para desenvolverse sobre la hierba.

 

La ausencia de Fernando González del dobles tuvo lógica, más allá de la mirada del hincha. Incluso del hincha especializado. Glennn Steinsapir, ex jugador de escalafón nacional reclamaba hoy (sábado) a la salida del partido: "Con Gonzalez podriamos haber ganado". Quizás tenía razón, pero tambien convengamos que el partido era muy difícil, incluso para los campeones olímpicos. Tanto que desde que se supo que Estados Unidos había elegido cancha de pasto ambos dijeron que el dobles era el punto más complejo de todos.

 

En 2005 Croacia se llevó por primera vez en su historia la Ensaladera de Plata y derrotó como visita a Estados Unidos en primera ronda. Aquella vez, Ivan Ljubicic y Mario Ancic jugaron los cinco puntos, Ljubicic ganó sus dos singles y tambien el dobles, en la única derrota de los hermanos Bryan en su historial copero. Hoy, comparativamente, la pista mucho más pesada para Chile tras el segundo día de competencia.

 

¿Ganaba Chile el dobles con Massú y González? Lo más probable es que no. En pasto y en especial en esta cancha donde hay marcadas diferencias entre una zona y otra –lo crítico el santiaguino tras su triunfo del viernes– no hay tiempo para tomar decisiones. Hay que jugar adelante y ahí, sencillamente, no habia nada que hacer. Los chilenos tienen como mayor fortaleza, además de sus servicios, la capacidad para pasar a sus rivales en la red, para bombardearlos desde la base. Acá, habrían pegado de apuro la mayoría de las veces, con bote irregular y con los Bryan cubriendo más rapido la red que en otras superficies. Era, definitivamente, un partido con mal pronóstico.

 

La derrota de Adrián García y Paul Capdeville quedará en el anecdotario. Un 6-1, 6-2 y 6-4 previsible que no altera el escenario que hoy tenemos: un dos a uno a favor de los locales. Siempre, la opción de Chile descansó en los singles y lo sigue haciendo, más aún después del baño de confianza que significó para González su triunfo ante Blake. "Fue su mejor partido del año", dijo Gildemeister. "Y ganarle ahora a Roddick no es imposible... menos para él", agregó.

 

González quiso hasta última hora jugar el dobles, estaba prendido por su victoria ante el número ocho del mundo. Pero su cuerpo le dio una señal. Hubo una razón objetiva, la fatiga muscular que tiene en ambas piernas, para dejarlo al margen. Y sin su presencia, no se justificaba la titularidad de Massú. Era formar una dupla inédita con Capdeville o Garcia para un partido que estaba virtualmente perdido.

 

Con 24 horas de refresco González saldrá a la pista a completar su hazaña y darle la opción a Massú de definir ante Blake. Será un partido durísimo para el número uno de Chile que, al igual que Massú, deberá hacer frente a los misiles de Roddick. Fernando puede hacerlo y quizás tenga una ventaja comparativa respecto del viñamarino: ganar más fácil su propio servicio. Para ello, debe sacar como terminó haciéndolo ante Blake y bloquear la mayor cantidad de devoluciones posibles, porque desde el fondo de cancha sus tiros son mejores que los del jugador de Nebraska.

 

Si el destino pone a Chile 2-2 habrá que tomarse una pastilla para los nervios y sufrir la definición entre Massú y Blake. El viñamarino, que jugó un buen partido ante Roddick, ya sabe lo que le espera, tiros planos, un buen revés paralelo, un tipo muy rápido y de buena defensa, pero no tan buen sacador como el ex número uno del mundo. No me cabe duda que dejará el alma en la cancha para que el esfuerzo de su coequipo no sea en vano.

 

Punto a favor, porque la clase de Massú para los grandes momentos contrasta con la falta de agallas que mostró Blake el primer día. Si yo fuese norteamericano y el neoyorniko fuese a definir la serie con Massú, de verdad, estaría preocupado.

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