Una estocada al corazón

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Autor: Cooperativa.cl

Cuando Fernando González pintaba como gran candidato a la segunda semana y decía sentirse tan prendido como en 2003 cuando alcanzó los cuartos de final, apareció un mocoso de 19 años, Novak Djokovic y borró de un plumazo la ilusión del número uno de Chile.

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Por Rodrigo Hernández

 

Pocas veces Fernando González (9º) pierde un partido en que su rival le pasa por arriba. Como suele decir, los encuentros los gana o los pierde él. Pero esta vez su derrota ante Novak Djokovic (63º) no pasó por sus errores no forzados o porque no metió el saque sino por el insospechado nivel del joven nacido en Belgrado que casi triplicó los derechazos ganadores del número uno de Chile.

 

Si González llevó el partido a un quinto set fue porque dejó el alma en la cancha y aprovechó que la lluvia puso más pesadas las pelotas. Djokovic, que había jugado impecable los dos primeros sets, comenzó a declinar y bajó su hasta entonces alto porcentaje de primeros servicios. Pareció incluso que el "Bombardero" conseguía una remontada épica, pero desaprovechó un par de opciones de quiebre en el quinto y Djokovic volvió a crecer.

 

El serbio montenegrino jugó un partidazo y demostró por qué fue capaz de arrebatarle un set a Roger Federer en Montecarlo. También diseñó el mejor partido para enfrentar a González: tomando la iniciativa siempre. Fallase o acertase.

 

El problema para el "Bombardero" fue que Djokovic falló muy poco y su confianza se fue por las nubes. Se convenció que la mejor estrategia era jugar a dos o tres tiros. Es decir, buscar el tiro ganador a la primera, fuese de revés o de derecho, parado o a la carrera. A lo González hace algunos años.

 

La derrota caló hondo en el chileno. Y se entiende. Porque se sentía capaz de hacer algo importante en París. “Me voy triste, siento que jugué un buen partido y perdí. Me cuesta asimilarlo, hice todo lo que estuvo a mi alcance, intenté moverlo, desgastarlo, pero el jugó increíble, de verdad, no sé si puede jugar dos días seguido así. Nunca lo había visto jugar de esa manera”, afirmó.

 

González no exagera, simplemente tuvo la mala suerte de encontrarse con un chico inspirado, que jugo suelto y que al no tener nada que perder jugó el partido de su vida. “No creo que Djokovic haya jugado antes un partido mejor que éste, se puso dos sets a cero en 50 minutos y le pegaba a la pelota de todos lados, era una cosa de locos. Nunca había sentido nada igual”, agregó.

 

¿Cuál es el pecado de González? Que aún jugado bien, poniendo garra y buscándole la vuelta al partido en lo táctico no logró tomar las oportunidades en el quinto set. Es efectivo que Djokovic se jugó al límite y su apuesta pagó, pero qué distinto hubiera sido si le quebraba en el tercer juego del set decisivo.

 

Con todo, González se verá amenazado en los próximos días en su condición de top ten por jugadores como Mario Ancic (12º), Nicolás Kiefer (13º) y Radek Stepanek (11º), que siguen en carrera y no están lejos en la clasificación. Un hecho, en todo caso, que no tiene tanto valor para él porque “jugando bien el ranking viene solo”.

 

Aunque se pensó que podría regresar a Santigo, el número uno de Chile respetará su compromiso con la buenamoza argentina Gissela Dulko para jugar el dobles mixto. Será un divertimento bien pagado y una buena excusa para aprovechar París, algo que durante los períodos de competencia no ocurre. “Esto tiene revanchas cada semana y ya tendré otra oportunidad”, apuntó como conclusión.

 

Cierto, si no es aquí, será en Londres o Nueva York, pero González es capaz de algo más que cuartos de final en un major. Parecía que este año París lo vería consagrarse, pero no se le dio. Tiene margen, aunque tampoco es un novato, el próximo mes cumplirá 26 años y comenzará la segunda mitad de su carrera. Hasta ahora logró grandes hitos, pero tanto él como nosotros sabemos que se debe una gran actuación en un Grand Slam.

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