Yogurt, un personaje

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Autor: Cooperativa.cl

Una Copa Davis no se concibe sin el inefable encordador de raquetas. Está en el inventario. Y es pieza clave en la terapia grupal.

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Por Rodrigo Hernández desde California

 

Exequiel Carvajal está en la historia del tenis chileno. Tiene anécdotas para regalar, primero como canchero de Copa Davis y después como encordador oficial del equipo, aunque entremedio las ha oficiado de jefe de peloteros, coach y hasta de jugador. La de esta semana en Mission Hills es sólo una más.

 

Resulta que Carvajal, mundialmente conocido como "Yogurt de Mora", trajo a California su máquina digital para encordar raquetas, pero no reparó en un pequeño detalle: se conecta a 220 y no a 110 watts como es la impedancia acá. Un error que durante tres días tuvo de cabeza al cuerpo técnico que buscó por cielo mar y tierra un transformador de voltaje... sin encontrarlo.

 

Al pobre "Yogurt" se le vino la noche. "Oye, ¿la camilla se conecta a 110 o a 220?", le preguntaba Paul Capdeville al masajista Ronnie Arencibia, sabiendo que Exequiel era el único en problemas. "Yogurt, gracias por venir, eh", agregaba Fernando González. "¿Y éste a qué vino?", añadía un tercero, mientras que al aludido no lo hacía reír ni Chaplín.

 

Pero los muchachos no hablaban en serio. Una Copa Davis no se concibe sin el inefable "Yogurt de Mora". Está en el inventario. Y es pieza clave en la terapia grupal. Massú y González lo caracterizan día y noche y luchan por lograr la mejor imitación. "Ehhh Ezzzzequiel", dice Fernando impostando la voz. "Yoguretti, no deberías cobrarme los encordados que te debo", añade Nicolás como pidiendo una compensación por la fama que ha hecho junto a los jugadores.

 

A "Yogurt de Mora" no le molesta que lo llamen así. Es más se presenta como tal. Y en sus tarjetas de presentación se lee: Yogurt Custom Stringing o sea "Encordados Yogurt". Lo mismo que en las bolsas donde entrega sus raquetas. Si hasta tiene un club de tenis propio. Y poleras con su apodo. Merchandising puro.

 

Este domingo luego del entrenamiento a "Yogurt" se le ocurrió tomar la raqueta para jugar dobles. Generó tal expectación que Massú se ofreció como juez de silla, un umpire no muy imparcial, en todo caso, porque no paraba de darle instrucciones y aplaudir sus tiros. "Cacha, se quiebra cuando camina", decía el viñamarino cuando Carvajal hacía el cambio de lado.

 

Nicolás había tenido un entrenamiento irregular, que es parte del acomodo a la cancha de pasto, pero su ánimo estaba por las nubes… gracias a "Yogurt". Carvajal se luce, falla de revés, pero con la derecha dibuja y gana un punto tras otro. Tiene motivo para jugar con relajo: le consiguieron el adaptador. Auque él, agrandado, dice que ya domina a la perfección la máquina que le habían prestado.

 

Para finalizar algunas historias que sintetizan la dimensión del personaje. Corría 1986 y en el Court Central del Estadio Nacional Hans Gildemesiter jugaba contra Glenn Michibata el quinto punto ante Canadá. El match estaba 2-2 y del "Biónico" dependía el avance a semifinales de la Zona Americana. Pero Hans estaba cansado. Había ganado el primer set por 9-7, pero perdido el segundo por 6-3. En el tercero la cuenta estaba 6-6 y no podía más, estaba exhausto y, por ende, con mal pronóstico.

 

Eso, hasta que "Yogurt", entonces canchero oficial de Copa Davis, comenzó a darle una mano. Primero al lanzar una pelota a la cancha cuando Hans tenía un punto importante casi perdido. Después al demorarse todo el tiempo del mundo en arreglar la cancha durante los cambios de lado. Así Gildemeister pudo recuperar fuerzas y llevarse el partido por 9-7, 3-6, 8-6 y 6-4.

 

Otra. A mediados de los 90 Carvajal acompañaba a un grupo de menores a Estados Unidos mientras de manera simultánea se jugaba la Sunshine Cup, mundial por países para menores de 18 años. "Yogurt" fue a ver en acción a Adrián García, Nicolás Massú y Fernando González, pero se dio cuenta que el capitán Luis Guzmán no llegaba. Se había perdido en auto. De emergencia, "Yogurt" tuvo que asumir la capitanía y decidió marginar de los singles a García, que era el número uno de Chile, y designar a Massú y González como titulares. Dice que el penquista reclamó, pero que él se mantuvo firme en su elección. Fue capitán por un día.

 

En 1999, Fernando González se anotó en el challenger de Quito y le pidió a Carvajal que lo acompañase. Pero no sólo eso, el hoy número uno de Chile lo inscribió en el campeonato. Y "Yogurt", que apenas llegó a segunda categoría, tuvo que vestirse de corto, pese a que se trataba de un torneo ATP. Perdió 6-1, 6-0 en la primera ronda de clasificación. González hasta hoy se acuerda que iba ganando 1-0. "Y con quiebre de servicio arriba", recuerda risueño.

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