El mallorquín se coronó como tricampeón del Abierto de Francia y frustró nuevamente el sueño del número uno del mundo de conquistar el único Grand Slam que le falta. El hispano ganó por 6-3, 4-6, 6-3 y 6-4.
No hay caso. El español Rafael Nadal (2º) demostró que es imbatible en Roland Garros y conquistó frente al suizo Roger Federer (1º), su tricampeonato en la arcilla parisina, tras imponerse por 6-3, 4-6, 6-3 y 6-4.
De paso, el mallorquín frustró una vez más el sueño del helvético de ganar el único Grand Slam que falta en su palmarés y estiró a 8-4 su ventaja en enfrentamientos contra el número uno del mundo.
De nada le valió a Federer haber triunfado en el último duelo previo, en la final del Masters Series de Hamburgo, hace algunas semanas, porque en "su patio" Nadal fue superior en la parte mental y más contundente a la hora de aprovechar las oportunidades.
Luego de un comienzo equilibrado, donde incluso se veía mejor el helvético, éste no pudo concretar los innumerables puntos de quiebre que tuvo y le permitió crecer al hispano.
En el sexto juego, Federer desperdició cinco break points. Acto seguido, Nadal se fue encima y le rompió el saque al suizo dejándolo en cero.
El líder de la ATP no se derrumbó y en el octavo game dispuso de otras dos opciones de quebrar, pero nuevamente falló y le dejó el escenario listo al español para llevarse el primer capítulo por 6-3.
Vino la reacción de Federer en la segunda manga y pese a que en general le costa más a él sostener su servicio que al ibérico, el oriundo de Basilea logró romper en el séptimo juego y tomó ventaja de 4-3.
El helvético consiguió aguantar los embates de su rival y finalmente respiró aliviado tras ganar por 6-4 el parcial. Pero sólo sería una pausa en su martirio.
Bastó que comenzara el tercer set para que Nadal mostrara su hambre. Ya en el segundo game quebró por tercera vez en el partido y se situó 2-0 en la cuenta, suficiente para controlar el trámite hasta llegar a imponerse por 6-3.
La ilusión de Federer comenzaba a esfumarse, mientras el ibérico lo apaleaba con sus potentes golpes desde el otro lado de la cancha.
Empezó la cuarta manga y el español repitió la fórmula, rompió rápidamente, esta vez en el tercer juego, y a partir de ahí dominó a voluntad a un suizo que no encontraba variantes para dañar la fortaleza del mallorquín y sólo gracias a un par de aces conseguía mantenerse cerca en el marcador.
Llegó el décimo game y Nadal no quiso alargar más el encuentro. Luego de tres horas y 11 minutos se dejó caer al piso para empolvarse con la tierra batida donde alcanzó su tercer título consecutivo.
El número dos del mundo recibió el trofeo de manos del brasileño Gustavo Kuerten, otro jugador que ganó tres veces el Abierto de Francia, aunque no en forma seguida.
Sí lo hizo el sueco Bjorn Borg (1979, 1980 y 1981). Los otros jugadores que en la historia levantaron esta copa en tres o más ocasiones fueron los galos Henri Cochet y René Lacoste, el sueco Mats Wilander y el checo Ivan Lendl. (Cooperativa.cl)
