El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, afirmó este viernes que siempre habrá "conversaciones difíciles" y "desacuerdos" en las cumbres de líderes tras la tensa conversación en el G20 que tuvo con el presidente chino, Xi Jingping.
"Hay áreas en las que vamos a estar en desacuerdo y expresar nuestras preocupaciones y eso es lo que he hecho y lo que siempre haré", dijo Trudeau en una rueda de presa en Bangkok donde asiste al Foro Económico de Asia-Pacífico (APEC) hoy y mañana.
El mandatario canadiense respondió así al ser preguntado por el breve encuentro el pasado miércoles en el G20 en Bali (Indonesia) con Xi, que le recriminó a Trudeau haber filtrado a la prensa una conversación que tuvieron previamente.
Sin referirse directamente a Xi, el primer ministro canadiense señaló que en las cumbres lo importante es poder tener contactos directos con los líderes de alrededor del mundo.
"En estas cumbres siempre habrá conversaciones más difíciles, conversaciones que no van a ser fáciles cuando defiendes los intereses de tu país, cuando presentas asuntos difíciles", aseveró Trudeau, quien también abogó por "trabajar de forma constructiva" con otros países.
El primer ministro reconoció que durante los últimos años Canadá ha vivido "desafíos" en su relación con China, aunque recordó que las relaciones diplomáticas continúan en foros internacionales, incluida una reunión climática de la ONU dentro de dos semanas en Montreal coordinada por ambos países.
"NO ES APROPIADO"
El pasado miércoles, en una imagen inusual para habitual hieratismo de los líderes chinos, Xi se saltó por una vez el protocolo para acusar, delante de las cámaras, al canadiense de la filtración.
"Todo lo que discutimos se ha filtrado a los periódicos. No es apropiado, y además tampoco es la forma en la que se llevó a cabo nuestra conversación", le espetó Xi a Trudeau ante la presencia de un traductor.
Según la prensa canadiense, el enfado del líder chino viene porque el diario National Post informó de que en una conversación mantenida el pasado martes, Trudeau le planteó "graves preocupaciones" por presuntas interferencias de China en las elecciones canadienses de 2019.
Era la primera vez que Trudeau y Xi se reunían en más de tres años, después de que los lazos entre los dos países se deterioraran gravemente tras el arresto en 2018 en Canadá de la ejecutiva Meng Wangzhou -de la tecnológica china Huawei- a petición de Estados Unidos.
Poco después, los canadienses Michael Kovrig y Michael Spavor fueron arrestados en China y juzgados por espionaje, y no fueron liberados hasta que Canadá hizo lo propio con Meng.
En Bangkok, Trudeau también se refirió a la importancia de la región Asia-Pacífico para las inversiones y comercio canadienses, sin olvidar otros asuntos como el cambio climático, la amenaza de los misiles en Corea del Norte o la guerra de Ucrania.
"Creo que es importante entender que no puedes hablar de asuntos económicos globales sin destacar la necesidad de paz, estabilidad y seguridad", sentenció.