América Latina se prepara para una nueva recesión en 2016, por segundo año consecutivo y algo no visto desde la década de 1980, afectada por las agudas contracciones de Brasil y Venezuela, y en menor medida en Argentina y Ecuador, afirmó este viernes el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Bajo este escenario, eso sí, el organismo internacional destacó la situación de Chile, Colombia y Perú, países en los que proyecta un "crecimiento positivo"
"El comienzo de 2016 ha sido difícil, como lo demuestran los recientes estallidos de volatilidad financiera, consecuencia de la incertidumbre acerca de la desaceleración económica en China, la caída de los precios de las materias primas y las divergentes políticas monetarias aplicadas por las economías avanzadas", aseguró en una conferencia de prensa Alejandro Werner, director del FMI para la región.
La recesión regional prevista del 0,3 por ciento para este año, similar a la del pasado, viene dada en gran medida por la crisis que sufre Brasil, con un crecimiento negativo estimado del 3,5 por ciento y Venezuela del 8 por ciento; a los que se suman Argentina, con un -1 por ciento, y en menor medida Ecuador, sobre la que el Fondo no desveló el dato exacto.
En el caso de Brasil, Werner subrayó que "la disfuncionalidad del sistema político sigue demorando la adopción de una estrategia fiscal creíble para colocar la deuda pública en un sendero sostenible", algo que ha provocado "rebajas en las calificaciones crediticias y un aumento de los costos de financiación".
En Venezuela, el Fondo no ve cambios significativos en la senda económica, lo que sumado al descenso de los precios del petróleo, provocará que la crisis se agrave "con una caída estimada del PIB en casi 18 por ciento durante 2015 y 2016 (la tercera mayor caída en el mundo)" y una inflación récord que cerró el pasado año en el 275 por ciento.
Panorama optimista para Argentina
Como contraste, Werner dibujó un panorama más optimista en Argentina, al apuntar que las reformas económicas adoptadas por el nuevo Gobierno de Mauricio Macri van "en la dirección correcta", entre las que citó "el levantamiento de restricciones al mercado cambiario, la eliminación de varias restricciones al comercio internacional (...) y la supresión parcial de los subsidios a la energía".
No obstante, reconoció que aunque se han mejorado "las perspectivas de crecimiento para el mediano plazo (...) es probable que el ajuste genere una leve recesión en 2016", que el Fondo situó en un crecimiento negativo del 1 % para este año.
En Ecuador, por su parte, el FMI indicó que dado "el continuado descenso de los precios del petróleo y la apreciación del tipo de cambio real, prevemos una recesión durante el año en curso", frente a los pronósticos de un crecimiento positivo de un 0,1 por ciento realizados en octubre pasado.
"Este pronóstico también refleja las medidas de consolidación fiscal correspondientes a 2015 y 2016, las ajustadas condiciones financieras y el régimen de dolarización que excluye la posibilidad de una respuesta de política monetaria", subrayó Werner.
Chile, en el lado positivo
En el lado positivo, el Fondo situó a Chile (2,1 por ciento) , Colombia (2,7 por ciento) y Perú (3,3 por ciento), que continúan "un proceso de ajuste relativamente ordenado, en donde la combinación de políticas económicas (grandes depreciaciones del tipo de cambio, consolidación fiscal paulatina y políticas monetarias acomodaticias) ha evitado una contracción económica".
Asimismo, el envés de los problemas que encara América del Sur, son las buenas perspectivas de Centroamérica, México y el Caribe.
México y América Central fortalecidos
"Si bien América del Sur se ve fuertemente afectada por la caída de los precios de las materias primas, México, América Central y el Caribe se benefician del fortalecimiento de la economía de Estados Unidos y, en la mayoría de los casos, del abaratamiento del petróleo", apuntó.
México crecerá en 2016 un 2,6 por ciento, dos décimas por debajo de lo que el FMI preveía en octubre, mientras que América Central y el Caribe lo harán a unas tasa más sólidas de un 4,2 por ciento y un 3,9 por ciento, respectivamente.
Por último, y como riesgos a la baja en 2016, Werner destacó que "la región sigue siendo particularmente vulnerable a una desaceleración mayor que la prevista en China -uno de los más importantes socios comercial para la región- y a nuevas caídas de los precios de las materias primas".
Así como que "un mayor deterioro de la situación de Brasil podría provocar un cambio repentino en la valoración de los activos regionales" y una "menor demanda de exportaciones entre los socios comerciales integrantes del Mercosur"