Una demanda impulsada por las autoridades de Nueva York este lunes mantuvo paralizada la venta del estudio de cine fundado por Harvey Weinstein y añadía nuevos detalles al escándalo protagonizado por el magnate de Hollywood.
La denuncia, interpuesta a última hora del domingo por el fiscal general del estado de Nueva York, Eric Schneiderman, alega que Weinstein sometió a un "maltrato despiadado y explotador" a sus empleados y acusa a su hermano Bob de haber consentido los abusos.
Aunque las investigaciones continúan, Schneiderman decidió presentar la demanda ante la "inminente venta" de la compañía, tras saberse que sus dueños ultimaban un acuerdo para deshacerse de ella por unos 500 millones de dólares.
Según el fiscal, una venta podría dejar a las víctimas sin una reparación adecuada y podría beneficiar a implicados en el escándalo.
Desprotegidos
En una conferencia de prensa, Schneiderman advirtió que el acuerdo habría recompensado al director de operaciones de la compañía Weinstein, David Glasser, y otros altos ejecutivos, y dejado a las víctimas "amordazadas" por convenios de confidencialidad.
Además, señaló que no incluía un fondo de compensación para las víctimas, por lo que subrayó como de "importancia crítica" que cualquier transacción garantice que los afectados sean resarcidos.
Pese a que la demanda no bloqueaba directamente la operación, la incertidumbre que ha introducido ya la ha paralizado de forma efectiva, según publicó The Wall Street Journal citando a fuentes cercanas a la negociación.
El fiscal pidió en la demanda a los interesados en adquirir la compañía que hagan "lo correcto por los empleados y las víctimas".
"Es de importancia crítica que cualquier acuerdo (...) garantice que las víctimas recibirán una compensación adecuada, los empleados estarán protegidos en el futuro y los ejecutivos cómplices de la empresa no serán recompensados", insistió hoy.
La empresa fundada por los hermanos Weinstein lleva tratando de evitar la bancarrota desde que el pasado octubre salieron a la luz los supuestos abusos cometidos por el conocido productor, que fue despedido de su puesto en la compañía.
Según varios medios, The Weinstein Company estaba cerca de un acuerdo con un grupo de inversores liderado por la empresaria María Contreras-Sweet para vender el estudio por unos 275 millones de dólares.
Los nuevos propietarios se harían también cargo de una deuda de unos 225 millones, elevando a unos 500 millones de dólares el total de la operación.
El plan supondría la salida de la entidad de Bob Weinstein, que ha tratado de mantener el control de la firma tras la marcha de su hermano.
Ninguno de los dos recibiría dinero por esta venta, a pesar de que son propietarios del 42 por ciento, según fuentes citadas por The New York Times.
El diario apunta que, si finalmente fracasa esta operación, The Weinstein Company se verá abocada casi con total seguridad a la bancarrota.
Según la fiscalía, los ejecutivos y el consejo de administración tenían "conocimiento generalizado" de lo que estaba ocurriendo, pero no tomaron "medidas significativas" para proteger a sus empleados.
Despreciable
Schneiderman reiteró que la investigación desveló un "patrón generalizado de acoso sexual, intimidación, discriminación y abuso" en la compañía, y admitió que nunca había visto algo tan "despreciable".
La demanda detalla cómo supuestamente Weinstein mantenía un gran entramado para sus abusos, incluido un grupo de empleadas cuyo "trabajo primario" era ir con él a eventos y "facilitarle" las "conquistas sexuales".
A este grupo se sumaba otro de asistentes, predominantemente mujeres, a las que se imponía contribuir a la actividad sexual del productor contactando a denominadas "amigas de Harvey" o potenciales parejas sexuales.
Había también un grupo de ejecutivas a quienes el productor requería "reunirse" con sus potenciales conquistas y hacerles un seguimiento bajo la "promesa de oportunidades de empleo" para aquellas que "cumplieran", lo que las "degradaba" y "humillaba", explica la fiscalía.
Decenas de mujeres, muchas de ellas conocidas actrices, han acusado en los últimos meses a Weinstein de acoso sexual e incluso violación.
El productor era uno de los más poderosos de Hollywood y su caso estuvo en el origen del movimiento #MeToo para rechazar el acoso sexual en todo el mundo.