El considerado uno de los mejores líderes del rock, el vocalista de Iron Maiden Bruce Dickinson, se puso en el caso hipotético de si en algún futuro, ojalá no cercano, no pudiera llevar adelante sus shows.
El intérprete de "Run to the Hills", quien se integró a la agrupación de heavy metal cuando sustituyó definitivamente en 1981 a su primer frontman, Paul Di'Anno, dijo que no tendría problemas en ceder el micrófono si no se sintiera en condiciones de actuar.
"Si mañana no me siento capaz de cantar más de cuatro canciones por noche, me gustaría que los chicos continuaran y yo debería poder elegir mi reemplazo. Yo metería la cabeza de vez en cuando y el otro cantante haría el resto", expresó en una columna publicada en The Daily Star.
El músico se refirió al caso del co-fundador de The Rolling Stones: "Cuando miras a Keith Richards, que sufre de artritis, no está en plena forma todas las noches, pero está apoyado por otros guitarristas. Son los Rolling Stones. No creo que moleste a nadie", comentó.
Al ser consultado por su opinión con respecto a un holograma que lo reemplace, como en el caso de los revoucionarios conciertos de ABBA, sostuvo que "eso es el infierno en la tierra. Realmente no entiendo el sentido de esto".