Hace casi dos años y medio, el Estadio Nacional recibía por primera vez a Iron Maiden luego de varias actuaciones previas en otros recintos. Ese momento representaba por fin la oportunidad para los ingleses de demostrar la tremenda convocatoria que desde mucho antes tienen entre los fanáticos chilenos.
En la noche del pasado miércoles, el mismo recinto -el más importante del país- volvía a tener a la "Doncella de Hierro" en el escenario, en una jornada que en el papel prometía una alta dosis de metal, con dos teloneros de excelente marca.
Ghost fue el número encargado de abrir los fuegos puntualmente a las 18:30 horas, con su vocalista Papa Emeritus al frente. Con un show cargado a las referencias religiosas, el sexteto presentó un acotado repertorio de casi 30 minutos basado en sus dos álbumes editados hasta la fecha, con canciones como "Infestissumam", "Con Cla Con Dio", "Ritual" y "Monstrance Clock".
Tras los suecos y mientras parte del público de galería se pasaba a cancha, Slayer apareció en escena para entregar un ruidoso y potente show en el que pasaron canciones como "World Painted Blood", "War Ensamble" y "Hallowed Point". En la ocasión, Tom Araya agradeció a sus fanáticos, habló en español ("Siento su amor", les dijo a los fanáticos) y gritó "¡Viva Chile mierda!", lo que fue seguido por los vítores del estadio que a esa altura ya contaba con más de 40 mil personas.
La actuación de Slayer también tuvo espacio para recordar a su guitarrista fundador Jeff Hanneman, quien murió en mayo pasado debido a una falla hepática. Además de las poleras con su nombre en la espalda vestidas por los integrantes, el músico fue recordado con un telón de fondo en el que figuraba el famoso logo con su apellido, mientras en las pantallas desfilaban imágenes de su carrera al ritmo de "Raining Blood" y "Angel of Death", las cuales sirvieron para poner fin a la presentación de la banda tras una hora.
El ingreso de la Doncella
Pasadas las 21:00 horas fue el turno de Iron Maiden, quienes cerraban en Santiago su gira Maiden England, basada en la que realizaron en 1988 para promocionar su álbum "Seventh Son of a Seventh Son" (1988). Precisamente fue ese álbum el que tuvo mayor protagonismo durante la noche, no sólo en las canciones, sino que también en la propuesta visual.
"Moonchild", "Can I Play with Madness" y "The Evil That Men Do" fueron parte del trabajo que el conjunto inglés regaló durante su presentación, en la cual el siempre inquieto vocalista Bruce Dickinson se mostró gratamente sorprendido por la asistencia (que él mismo aseguró ser de 60 mil fanáticos). Pirotecnia en el escenario, bengalas en el público y la aparición de la mascota de la banda, "Eddie", en diferentes formas (incluido el mismo que aparece en la portada de 'Seventh Son of a Seventh Son') complementaron la aclamada actuación del sexteto.
Con Dickinson usando una chupalla, el show se desarrolló exitosamente con la complicidad del público, conformado por diversas generaciones que repletaron todos los rincones del estadio (desde los esperados mayores de 40, hasta niños pequeños acompañados por sus padres), aplaudiendo y cantando éxitos como "2 Minutes to Midnight", "The Trooper", "The Number of the Beast", "Run to the Hills" y "Fear of the Dark".
Tras un receso, la "Doncella de Hierro" se despidió del público chileno luego de dos horas con "Running Free", en lo que fue un espectacular final de fiesta y también el último show de su gira Maiden England tras casi un año y medio de ruedo.
El show de más convocatoria
Con la alta masividad alcanzada por los britanicos en esta visita, Iron Maiden se convirtió en el número anglo de mayor convocatoria histórica en el país.
Según cifras consignadas por el diario La Tercera, la "Doncella" suma 226.000 tickets cortados en sus siete shows en Chile, seguidos de cerca por U2, quienes con tres presentaciones en el Estadio Nacional alcanzan los 212.000 boletos. Más atrás queda Roger Waters con 195.000 asistentes en cuatro shows y luego Madonna con 182.000 entradas vendidas en tres conciertos.