Este viernes se llevó a cabo una misa abierta a todo público, que contó con la presencia de familiares y artistas, entre ellos Sara Montiel.
Más de un millar de personas acudieron a una iglesia de Madrid para rendir el último homenaje a la cantante y actriz española Rocío Dúrcal, fallecida el pasado sábado a los 61 años tras agravarse el cáncer uterino que padecía.
Su viudo, el cantante Antonio Morales "Junior", llegó acompañado por sus hijos Sheila y Antonio, que le condujeron, muy afectado, al interior del templo por una puerta lateral, junto a su otra hija, Carmen.
A la misa por Rocío Dúrcal asistieron amigos y artistas como Sara Montiel, Marujita Díaz y José Vélez, entre otros muchos.
Tras el funeral oficiado el jueves para el círculo más cercano a la cantante y actriz, una segunda ceremonia religiosa, abierta al público, permitió este viernes que unas mil personas llenaran el templo, entre lágrimas silenciosas, gafas de sol que ocultaban los rostros.
"Ha vivido su vida en poco tiempo, pero llena, y fue para todos una compañía de verdad, agradable, compasiva, samaritana, alegre y esperanzadora", dijo el sacerdote.
Minutos antes del funeral, mientras algunos allegados de la familia, visiblemente afectados, conversaban con los periodistas, el público se agolpó a su alrededor, provocando caídas de señoras mayores y empujones a niños.
Rocío Dúrcal, cuyo nombre original era María de los Angeles de las Heras, pasó de ser una niña prodigio del cine y la canción a una gran dama del mundo de la música. Durante su carrera musical, publicó 35 discos con más de 30 millones de copias vendidas.
El éxito alcanzado con sus interpretaciones de temas de Juan Gabriel le valió en América tres discos de oro (en México, Venezuela y EE.UU.), así como otro de platino en Estados Unidos por su álbum de rancheras y boleros "Caricias" (2000).
Posteriormente presentó en la capital azteca "Entre tangos y mariachi" (2001), álbum con el que volvió a los escenarios españoles tras más de 10 años de ausencia. (EFE)
